En su veredicto, Farah explicó que la condena de Nieva se aplicó por hallarlo culpable del delito de homicidio doblemente calificado por la relación de pareja preexistente y violencia de género, siendo desechado el agravante de alevosía solicitado por la querella en los alegatos.
El magistrado también condenó a Pablo Nieva y su pareja Ruth Alejandra Loayza por los delitos de encubrimiento agravado y falso testimonio. Al primero, se le impuso una pena de 3 años y 6 meses de prisión efectiva, por lo que se ordenó su inmediata detención.
Loayza, en tanto, recibió una pena de 3 años de prisión condicional, por lo que permanecerá en libertad, aunque para ello deberá cumplir una serie de reglas de conductas. Caso contrario, se podrá revocar tal beneficio.
El juicio se reanudó en la mañana con la etapa de alegatos, instancias en la cual la fiscal de la Unidad de Femicidios Mónica Poma ratificó la acusación penal contra Nieva y sus dos cómplices: Pablo Nieva, su primo y Ruth Alejandra Loayza.
El hecho
Como se sabe, el crimen de Gimena ocurrió el 22 de junio de 2019 en una pieza que la pareja alquilaba en el barrio Leopoldo Lugones. En todo el debate, Nieva apostó como coartada la hipótesis de que Bernasar se suicidó ahorcándose con una cuerda.
Su defensora, Martha López, confirmó la inocencia de Nieva y cuestionó la investigación que llevó adelante la fiscalía, ya que no se avanzaron sobre algunas pistas extras, entre ellas la versión de que la muerte de Gimena fue debido a un supuesto de ajuste de cuentas por un asunto de drogas.
Para ello, aludió a supuestas deficiencias cometidas por la fiscalía, en especial, al realizar pericias técnicas sobre teléfonos que fueron secuestrados. Indicó, a su vez, que se dirigió la investigación hacia Nieva porque era la vía más fácil.
En base a ello, la defensora solicitó la absolución por el beneficio de la duda para Nieva, pues afirmó que las pruebas presentadas por la fiscalía no son suficientes ni dan certeza respecto a la responsabilidad de su defendido en el hecho.
Culpable
Para la fiscal Poma, en tanto, no caben dudas de que Nieva fue el autor del asesinato de Gimena. Tanto, que pidió la pena de prisión perpetua que finalmente fue impuesta por el juez Farah, quien coincidió con el planteo de la fiscalía.
En lo que no hubo coincidencia fue en la determinación de la pena para Pablo Nieva y Loayza, ya que la fiscal, en su alegato, había requerido para el primero una pena de cuatro años de prisión efectiva por encubrimiento agravado y falso testimonio.
Y para Loayza solicitó tres años y seis meses de prisión efectiva por el mismo delito. Dada la relación de pareja de ambos acusados, la fiscal descartó que la excusa absolutoria tenga aplicación y beneficie a la mujer. En su fallo, el juez compartió la calificación legal, pero aplicó una pena menor a la requerida por la fiscalía.
Existen pruebas de que la joven víctima se defendió
Al momento de los alegatos, la fiscal Poma inició con la ratificación de la acusación, tanto contra José Nieva como con su primo y la pareja de éste último por los delitos de encubrimiento agravado y falso testimonio, calificación que finalmente se impuso.
Respecto a Nieva, la pareja de Gimena, la fiscal hizo un extenso análisis de las pruebas reunidas durante la investigación, como así también las declaraciones testimoniales y otros elementos probatorios expuestos a lo largo del debate.
Explicó que del informe de autopsia se desprende con clara nitidez que Gimena Bernasar se defendió de su atacante, a la vez que descartó de plano la hipótesis del suicidio, versión que el principal acusado intentó imponer desde un principio. “El cuerpo de la joven presentaba signos inequívocos de defensa”, aseguró Poma.
También detalló aspectos de la inspección ocular realizada en el mono ambiente donde convivía la pareja, lo que, según su criterio, respaldó el hecho de que Gimena fue golpeada y asesinada en ese lugar, para luego montar un escenario de suicidio.
En ese sentido, resaltó los testimonios vertidos durante las distintas audiencias de juicio que sustentan la hipótesis del crimen, a lo cual sumó el análisis de las comunicaciones entre la víctima y el acusado, como así también con los otros imputados. Afirmó que entre Gimena y Nieva existía una situación de conflictividad y que el acusado estuvo en el inquilinato durante el mediodía del día del hecho. Destacó las incongruencias surgidas de las distintas declaraciones vertidas por el principal acusado a lo largo de la investigación.
