Soraire fue considerado partícipe necesario del homicidio del ex gobernador Miguel Ragone, de un testigo del crimen, Santiago Arredes, y de la tentativa de homicidio de la testigo Margarita Martínez de Leal, hechos ocurridos el 11 de marzo de 1976.
Además, impuso una pena de ocho años de prisión al sindicalista de la Unión Obrera Metalúrgica Jorge Héctor Zanetto por el delito de coacción agravada en perjuicio de Ragone. El tribunal, integrado por Federico Santiago Díaz, Marcelo Juárez Almaraz y Gabriela Catalano, dispuso que Soraire y Zanetto cumplan la pena en prisión domiciliaria.
Se resolvió mantener la prisión domiciliaria del ex jefe de seguridad de la Policía, Joaquín Guil, quien recibió prisión perpetua en el juicio celebrado en 2011 por los mismos hechos por los que ahora resultó condenado Soraire.
La nueva sentencia dictada revirtió así las absoluciones de Soraire y Zanetto, para quienes en el juicio oral celebrado hace diez años el fiscal Horacio Azzolin había solicitado la imposición de prisión perpetua para el ex policía y diez años de prisión para el sindicalista de la UOM.
El 7 de junio pasado el tribunal realizó la audiencia de visu, es decir, de conocimiento de los acusados, con la presencia de las partes, y desde entonces quedó en condiciones de emitir la sentencia. La fiscalía fue representada por el fiscal general Carlos Amad.
Antecedentes
En 2016 la Sala II de la Cámara Federal de Casación confirmó las penas impuestas a prisión perpetua al ex militar y jefe policial salteño, Miguel Gentil, quien falleció el año pasado, y a su subordinado Guil. En aquel pronunciamiento, el tribunal revisor anuló las absoluciones de Soraire y Zanetto, y ordenó al tribunal que dicte un nuevo pronunciamiento. En el juicio oral culminado en 2011 también habían recibido dos años de prisión los ex policías Rubén Nelson Herrera y Pedro Javier Herrera, quienes fueron condenados por los delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público y encubrimiento.
En la sentencia de cien páginas, el tribunal recorrió las pruebas sobre la protección policial que incluso durante la dictadura recibió Soraire por su participación en el crimen de Ragone y en otros hechos del terrorismo de Estado. Soraire era en esa época jefe de la denominada "Guardia del Monte", que actuaba en la zona rural de Metán, pero que también participó en el homicidio del gobernador, específicamente aportando los vehículos para el hecho.