La jueza de Garantías 7, actuante en feria judicial, María Edith Rodríguez, condenó además al victimario a fijar domicilio y notificar cualquier cambio. Además, tiene prohibido cometer nuevo delito, consumir bebidas alcohólicas y sustancias estupefacientes.
Tampoco podrá acercarse a 300 metros de la víctima, a su domicilio y a los lugares que frecuente. Se abstendrá también de ejercer actos de violencia física o psicológica en perjuicio de la denunciante y su grupo familiar. También tiene prohibido mantener cualquier tipo de contacto por cualquier medio con la víctima, aún siendo por intermedio de otras personas.
Por último, se someterá al cuidado del Patronato de Presos y Liberados, y participará en el programa de intervención de agresores de violencia contra la pareja del Ministerio Público Fiscal, previa admisibilidad positiva.
Atento a que tiene un hijo con la víctima, el hombre deberá mantener el contacto con el menor a través de su padre y hermano.
En caso de incumplir alguna de estas medidas podría dejarse sin efecto la modalidad condicional de la pena impuesta, que sería de cumplimiento efectivo.
Finalizada la audiencia, Vélez recuperó su libertad. Para protección de la víctima se implantó consigna policial fija en su domicilio.
Desobediencia y coacción
El victimario el 4 de diciembre pasado se hizo presente en el domicilio de su expareja para solicitarle que vuelvan a estar juntos.
El 20 la llamó por teléfono. Al día siguiente, se hizo presente nuevamente en el domicilio de la víctima, momento en el que la consigna policial que había en el lugar lo detuvo. En septiembre del año pasado había sido notificado de las medidas cautelares que se ordenaron desde el Juzgado de Violencia Familiar y de Género interviniente.