Eduardo Barrionuevo y Edgardo Albarracín rechazaron el recurso de casación de la defensa de D.T.C, y en consecuencia, confirmaron la condena dictada por el Tribunal de Juicio de Orán, Sala II, de ocho años de prisión efectiva, por abuso sexual con acceso carnal reiterado y abuso sexual simple.
En primera instancia, la jueza María Laura Toledo Zamora le impuso a D.T.C la pena de ocho años de prisión efectiva, por resultar autor penalmente responsable del delito de abuso sexual con acceso carnal reiterado, en perjuicio de la menor F.M.H (sobrina) y abuso sexual simple contra la niña J.A.M (vecina).
El Tribunal de Alzada se pronunció y dijo “que la participación del acusado en los hechos por los que es condenado se acreditó no sólo por las declaraciones recibidas en Cámara Gesell a las víctimas, las que son coherentes y no presentan contradicciones, sino también porque sus relatos están sustentados por otras pruebas.
Los jueces destacaron que en el caso de de su sobrina, el examen médico del Cuerpo de Investigaciones Fiscales de Orán constató que las lesiones fueron ocasionadas con un tiempo considerable de antelación.
La niña refirió que la conducta abusiva fue sufrida desde que tenía 6 años. Además, la declaración se realizó conforme la emoción, la memoria y la madurez de la menor.
En cuanto a la niña vecina, presentó un discurso coherente en el cual no se hallaron contradicciones e hizo una descripción detallada de lo ocurrido.
Los jueces recordaron que en la condena de primera instancia la jueza Toledo Zamora, tuvo por probado los hechos, son perpetrados en ambiente absolutamente reservados, alejados de la vista de terceros, por lo cual se torna sumamente dificultoso acceder a testigos.
Haciendo válido la espontaneidad, de los relatos de las menores de edad que fueron víctimas cuando brindan precisiones que de ningún modo pueden haber inventado.
Abusada desde los 6 a los 11 años
El acusado es tío de la menor F.M.H, la cual fue abusada desde los seis hasta los once años, cuando su madre, muda, iba a Orán a cobrar su pensión de discapacitada. La segunda víctima era vecina del hombre.
La denunciante es una agente sanitaria, vecina del inquilinato, quien recibió el relato de la sobrina del condenado. Fue, además, quien llevó a la niña a ser atendida con la psicóloga del hospital local. Ahora, el acusado enfrenta ocho años entre rejas.