El juez de Garantías, Héctor Martínez, accedió al planteo y dispuso que Aguilera siga detenido.
La iglesia salteña debe enfrentar así una nueva acusación de abuso, que se suma a las realizadas contra Emilio Lamas, Agustín Rosa Torino, Nicolás Parma, y Gustavo Zanchetta.
Aguilera fue detenido el jueves y ayer a pedido de la Fiscalía aceptó prestar declaración indagatoria, luego de escuchar la acusación penal por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante agravado y abuso sexual simple agravado.
En su declaración, Aguilera negó las acusaciones en su contra y su abogado defensor solicitó en primer lugar su libertad con cumplimiento de medidas sustitutivas y en su defecto el beneficio de detención domiciliaria, a lo que Sodero Calvet se opuso fundamentando que debe seguir detenido mientras se completan diversas medidas de prueba solicitadas.
Ocurrió en Campo Santo
Aguilera fue denunciado por dos jóvenes de identidad reservada. Los hechos habrían sucedido hace 15 y 20 años aproximadamente en cada caso, cuando los jóvenes eran adolescentes y Aguilera era sacerdote en la Parroquia de Campo Santo y mantenían contacto cercano con él.
Postura de la iglesia
Cabe recordar que tras conocerse las denuncias por abuso, el Arzobispado de Salta emitió un comunicado en el que reconoció las denuncias.
El comunicado estuvo firmado por el vicario judicial Ignacio Loyola Pinto, quien manifestó que "se recibieron nuevas denuncias en contra del presbítero José Carlos Aguilera".
Agregó que "actualmente se está llevando a cabo por mandato de la congregación para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede un proceso canónico por unos supuestos hechos que podrían haberse desarrollado hace muchos años".
Todos los sacerdotes hoy acusados recibieron distintos tratamientos por parte del Arzobispado, ya que a Lamas se le quitó el estado clerical, que luego debió ser devuelto por una apelación presentada; en tanto que Rosa Torino y Parma mantienen sus sacerdocios, y el ex obispo de Orán, Zanchetta fue trasladado al Vaticano para trabajar en la propia Congregación para la Doctrina de la Fe, y ahora Aguilera, que antes de mediar una resolución se lo apartó de su cargo en la universidad.
Hasta su detención Aguilera estaba a cargo de la parroquia del barrio Santa Lucía.
Por último, el Arzobispado pidió un tratamiento responsable de la información por los afectados. “Rezamos al Señor del Milagro para que nos ayude a buscar la verdad y hacer justicia”, finaliza el comunicado dado a conocer.
