El hombre, según lo informado, fue denunciado por una aspirante al cuerpo de Bomberos, ante los acosos de los que es víctima desde que ingresó el año pasado. La mujer, en su relato, refirió que al momento de realizar actividades físicas solía tocarla.
Además, dijo que también le enviaba mensajes inapropiados, y que le inventó relaciones con sus compañeros, entre otras situaciones propias de persecución y amedrentamiento. Refirió que a raíz de estos episodios comenzó a tener pesadillas.
En vista de ello, el jefe de Bomberos, Hugo Díaz, deberá abstenerse de ejercer todo tipo de violencia en su contra. Además, el magistrado le impuso el impedimento de contacto a 200 metros de la víctima y de los lugares donde concurra.
También fue conminado a cumplir con la formación en violencia de género dispuesta por la Ley Micaela. Asimismo, tendrá que realizar tratamiento psicológico para abordar sus cuestiones personales afectivas, y con la finalidad de aprender formas adecuadas y saludables de valorización y respeto hacia sus colegas mujeres, en el ejercicio de su actividad voluntaria en el Cuerpo de Bomberos donde se desempeña.
Por otra parte, la Federación de Bomberos Voluntarios de Salta recibió el mandato de arbitrar las medidas necesarias dentro del ámbito administrativo, a fin de evitar que se repitan los hechos de violencia de género denunciados.
Pornografía
En otro caso, el fiscal Federico Obeid, requirió ante el Juzgado de Garantías 5, la elevación a juicio de la causa que tiene como imputado a un hombre de 45 años, acusado del delito de abuso sexual gravemente ultrajante por las circunstancias de su realización agravado por la convivencia. Del requerimiento, surgió que el acusado atentó contra la libertad sexual de la víctima denunciante, al someterla a tocamientos que ocurrieron intempestivamente en un domicilio de Nazareno, ubicado en el departamento de Santa Victoria Oeste.
El imputado obligaba a la menor a ver películas pornográficas, sin reparo moral alguno, tal como lo describiera la propia víctima en su relato, para luego desplegar las conductas libidinosas que se le reprochan.