El magistrado reconoció que el mismo fue autor de los delitos de abuso sexual simple agravado por la guarda, daños y coacción en concurso real.
El imputado fue denunciado por su ex pareja, quien sostuvo que el acusado se presentó en su domicilio para visitar al hijo que tienen en común, de 9 años. A los pocos minutos le expresó que llevaría al menor a su casa, para que visitara a su abuela. La denunciante aceptó. Regresó con el niño cerca de las 20. La mujer indicó que desde un primer momento notó que el menor estaba extraño: no podía dormir y se levantaba a cada rato para ir al baño. Cuando habló con él, le contó que su papá lo había sometido a tocamientos impúdicos mientras estaban solos en una habitación.
Pocos días después de este hecho, el imputado regresó al domicilio de su ex pareja en aparente estado de ebriedad, exigiendo ver al menor. Ella no le quiso abrir y entonces el pateó el portón de ingreso, destrozándolo. Una vez adentro, amenazó a la denunciante diciéndole que si al día siguiente el niño no estaba ahí, quemaría la casa y la "cagaría matando".
El juez le ordenó al condenado cumplir una serie de obligaciones con apercibimiento de revocarse la prisión en suspenso. Deberá someterse al control del Programa de Inserción Social y Supervisión de Presos y Liberados; abstenerse de usar estupefacientes y abusar de bebidas alcohólicas; realizar tratamiento psicológico; prohibición de acercarse al menor damnificado y de ejercer actos en su perjuicio.
