Pasado el mediodía, Cristina García, declaró ante los jueces que integran la Sala VII del Tribunal de Juicio que juzga a Sergio Horacio Vargas por el delito de partícipe secundario de homicidio triplemente calificado por ser cometido con alevosía y ensañamiento y por precio o promesa remuneratoria y a Nicolás Federico Cajal Gauffín, acusado por encubrimiento agravado.
Previo a declarar, el presidente del Tribunal, Francisco Mascarello le recordó que podía elegir no declarar, según las normas legales vigentes, tras lo que dijo no tener inconveniente en hacerlo e incluso responder las preguntas que le formularon las partes.
Sobre la relación con Cajal luego del crimen sostuvo que un tiempo mantuvo contacto. "Después él formó pareja, yo desaparecí de su vida y mi único contacto con él es solo por mis nietas".
Lugo de aclarar que toda su relacion se termina en la puerta de su casa, dijo sobre su hija "Jimena era una persona caritativa, empática y se podía comparecer de todo. De un perro, de un pájaro, un hombre, de cualquier persona que ella viera que necesitaba ayuda Jimena se iba a comparecer".
"Sí tenía un afecto particular por los perros, sí le gustaban pero le puedo decir que yo tengo perro y son mis hijos, conviven conmigo en mi casa, a ese nivel Jimena no llegó nunca. Para ella eran perros a los que había que cuidar y proteger, y vuelvo a lo mismo si hubiera sido un caballo, un pájaro lo que quiera ella era una persona demasiado compasiva se compadecìa de todo".
En un tramo referido a lo que sus nietas, hijas de la víctima, le dijeron sobre lo sucedido el 27 de enero de 2017 en la casa de la familia, en la localidad de Vaqueros, García dijo que las nenas le relataron que los autores fueron “hombres malos” y que al indagar si los conocían “me dijeron que no”.
Por otra parte, recordó los tratamientos de fertilidad a los que se sometió su hija, los cuales “eran espantosos” y que la única razón por la cual decidió seguir adelante fue “porque quería demasiado tener hijos”, algo que le demandó más de un año.
“Por sus hijas dejó de trabajar, dejó su vida. El mayor temor de ella era no poder criar a sus hijas. Y los mayores temores suceden. Así que hay que tener cuidado con lo que se le tiene miedo”, señaló García casi como un consejo.
En cuanto a Cajal Gauffín, lo describió como una persona no sociable, aunque sí aceptaba reunirse en fechas festivas, pero, aun así, la relación con su yerno era distante, aunque sí reconoció que el mismo siempre mantuvo respeto hacia ella.
Previamente, declararon peritos de AFIP-DGI y Policía Federal, los cuales exhibieron un video filmado durante la realización de una pericia punto a punto realizada sobre un maletín secuestrado desde la habitación de la pareja tras el hecho y otros puntos en la escena del crimen.
La pericia odorológica se cumplió con cuatro canes adiestrados y certificados en la detección de divisas y sustancias estupefacientes y en las explicaciones vertidas por los idóneos, sin ratificar de manera contundente haber podido determinar si en el maletín había divisas o sustancias estupefacientes, y mucho menos la fecha.
El padre de Jimena Salas, decidió hacer uso de su derecho de no declarar y se retiró de la sala, incorporándose la declaración vertida en la investigación.