Todo ello derivó en una serie de allanamientos realizados el 29 de noviembre pasado, oportunidad en la que fueron detenidas tres mujeres y se secuestró numerosos elementos de prueba.
"Tengo por probado con el grado de certeza que los acusados acogieron a un indeterminado número de personas en el inmueble de su propiedad, con la finalidad de explotar sexualmente a seres humanos, y procurarse sumas de dinero que eran recaudadas por ellos mismos, al menos una vez por semana", sostuvo Fiscal federal Eduardo Villalba, al ratificar la acusación en contra de los dueños del prostíbulo.
Entre las pruebas mencionadas en su exposición, Villalba resaltó lo declarado por las tres acusadas detenidas en los allanamientos, las que indicaron que todas las semanas debían reunir una determinada suma de dinero (6.000 pesos aproximadamente), el que era exigido por los dueños del inmueble de calle Astigueta.
En una de las escuchas telefónicas, una encargada de la entrega del dinero a los acusados se comunicó con R.L. a fin de disculparse porque no habían podido reunir la cantidad exigida.
El siguiente es un extracto de ese diálogo:
X: "Buen día doña R.L x favor si puede pasar el martes por el alquiler no llegue a reunir su plata mil disculpas".
R.L.: "umm estoy necesitando ¿qué paso?, "Habíamos quedado los domingos".
X: "Si pero ud sabe cómo es este trabajo doña y yo prácticamente estoy sola y ud lo sabe no hay ni gente siquiera es x eso".
R.L.: "bueno… paso el martes no hay problema".
Asimismo, señaló otras pruebas que lo llevaron a mantener la imputación, entre ellas secuestros de documentación, teléfonos celulares y otros elementos.
"Este Ministerio Público Fiscal tiene por probada la responsabilidad y participación de los acusados".
En el caso de Ballón, de 61 años, el fiscal mantuvo la acusación como partícipe secundario del delito de trata de personas con fines de explotación sexual, previsto y reprimido en el art. 145 bis del Código Penal, mientras que a Luna, de 62, la consideró autora del mismo ilícito.
Para Villalba, ambos acusados "explotaron sexualmente en la vivienda de mención a mujeres mayores de edad, con la finalidad de obtener un beneficio económico por dicha actividad ilícita".
Agrego que "toda la prueba reseñada, nos lleva a sostener que los acusados acogían en su vivienda víctimas mujeres mayores de edad, con la finalidad de ser explotadas, aprovechando sus necesidades económicas que las tornaban vulnerables.
Eran explotadas bajo la amenaza de ser desalojadas, por lo que debían continuar manteniendo relaciones sexuales rentadas con hombres que se acercaban a la vivienda, de las que los nombrados tenían conocimiento, control y percibían por ello un beneficio económico".