El 2 de junio de 2018, en horas de la tarde, personal de la delegación aduanera de Orán, que cumplía funciones en el Puente Internacional “Aguas Blancas”, efectuó un control sobre una camioneta Toyota Tundra conducida por uno de los imputados, quien viajaba junto a su tía y un amigo, que llevaba un poder de escribano para conducir el vehículo en el que circulaban, con destino a Morón, en la provincia de Buenos Aires, habiendo iniciado el viaje en Cochabamba, Bolivia.
Así se inició la pericia que se completó con las imágenes del escáner en el Centro de Frontera, donde observaron cuerpos extraños ubicados en los laterales de la caja de carga. De vuelta en el Puente Internacional, y ante la presencia de testigos, se hallaron 55 paquetes rectangulares envueltos en cinta negra, que tras ser analizados dieron positivo para clorhidrato de cocaína y cocaína base, con un pesaje total de 56,139 kilogramos, en una concentración de entre el 10,41% y el 91,42% de pureza.
En sus indagatorias, los tres imputados sostuvieron que no sabían que estaban transportando droga. La mujer y uno de los hombres señalaron que viajaban a trabajar en una verdulería, mientras que el conductor del vehículo dijo que lo habían contactado telefónicamente y le habían ofrecido U$S 8.000 para trasladar la camioneta, pero que desconocía que la misma tenía un cargamento oculto.
En base a las pruebas colectadas, el fiscal Bruno consideró que los imputados debían ser sometidos a juicio oral y público en orden al delito de tentativa de contrabando de importación de estupefacientes agravado por el número de personas intervinientes. En tal sentido, señaló que “en este caso, lo encartados si bien no impidieron el control, sí lo dificultaron por el hecho del transporte clandestino de sustancias prohibidas, disimuladas, acondicionadas en cincuenta y cinco (55) paquetes que ocultaron y que intentaban ingresar a nuestro país”.