Al momento de iniciarse la investigación se definió que fue “cometido con una violencia inusual, donde la joven fue torturada y abusada antes de ser asesinada”.
Los testimonios aportados por testigos de identidad reservada que tuvieron contacto en las horas previas al fatal desenlace fue clave a la hora de resolver el caso.
Ahora el Juzgado de Garantías 1 tiene a su cargo la elevación a juicio y confirmar la Sala donde se realizarán las audiencias.
Serán juzgados Carlos Agüero, alias “Chury o Chuly”; Norberto Silvestre, alias “Chiqui”; Julio César Monasterio, alias “Gordo Julio” y Juan Reynaldo Álvarez, alias “el viejo” por los delitos de homicidio triplemente agravado por mediar violencia de género, por ser perpetrado con ensañamiento y por el concurso premeditado de dos o más personas, abuso sexual con acceso carnal agravado por el número de participantes y calificado por la muerte de la víctima, tortura agravada por la muerte de la víctima, todo en concurso ideal, agravado por la participación de un menor de edad.
Para Marisel Griselda Urzagaste, “Marisol”, quien se encuentra imputada por los delitos de homicidio doblemente agravado por ser perpetrado con ensañamiento, agravado por la participación de un menor de edad y para una menor de edad, imputada por los delitos de homicidio doblemente agravado por ser perpetrado con ensañamiento.
En la investigación el fiscal llegó a la conclusión que el hecho se registró entre la noche del jueves 2 y la madrugada del viernes 3 de marzo del año 2017 en el domicilio de Juan Reynaldo Álvarez, en Bº 17 de Octubre, cuando los acusados Agüero, Silvestre, Monasterio, Álvarez, Massola y Urzagaste, encargados de captar a Daniela en el domicilio del “viejo”, la ataron en una silla con las manos atrás y empezaron a reclamarle la supuesta sustracción de droga, ante lo cual la víctima se negaba.
A partir de este momento es cuando todos los nombrados, con distintas intervenciones golpeaban a Daniela, que se encontraba bajo los efectos de la droga.
A partir de allí comenzaron a torturarla llegando a colocarle una bolsa en la cabeza, lastimándola sucesivamente con golpes, cortes en distintas partes del cuerpo, quemaduras y violaciones, que terminaron cuando seccionaron sus extremidades hasta terminar con su vida. Sus restos habrían sido transportados en un vehículo hacia los márgenes del río Mojotoro, donde fueran abandonados.
El lugar del hecho era el espacio que el imputado Álvarez ofrecía para que jóvenes mujeres fueran a comprar y consumir sustancias a cambio de diferentes favores sexuales y domésticos.
Allí, a cambio de droga, parte de los acusados habrían “entregado” a Daniela a Carlos Agüero alias “Chury” para ser “ajusticiada” entre todos los imputados y ante el resto de los presentes, porque se le atribuía a la joven haberse apoderado de una importante cantidad de droga.