Durante el juicio, la fiscalía dejó en claro que el acusado, ahora de 66 años, abusó sexualmente de su propia hija y una amiga, quien recién en agosto de 2018 se animaron a denunciar al acusado que se trata de un enfermero profesional.
La denuncia derivó en una investigación penal que llevó al sujeto a juicio, debate en el que quedaron probada la acusación penal. Por ello, el juez Aldo Primucci lo condenó al hombre a 18 años de prisión efectiva por el delito de abuso sexual con acceso carnal y corrupción de menores agravados en perjuicio de su hija y abuso sexual gravemente ultrajante en perjuicio de la amiga de una de las hijas.
La fiscal penal de Pichanal, Sofía Fuentes, fue la encargada de llevar adelante la investigación, la cual se abrió cuando una de las hijas del hombre, ya siendo mayor de edad, se animó a denunciar a su padre.
“Desde que tengo uso de razón, sufro abusos”, comenzó diciendo la joven para luego relatar innumerables hechos en los que el hombre la sometió a tocamientos, la hacía desvestirse y la penetraba con los dedos o la hacía ver pornografía; siempre cuando la madre estaba ausente.
La joven, de Rivadavia Banda Sur, contó que creía que las acciones de su padre eran “normales” y que, cuando se negaba, su papá le decía que era “aburrida”. A los once años, cuando su madre le explicó que no debía dejar que nadie tocara sus partes íntimas, recién entendió que lo que sucedía “estaba mal”.