Todo esto a pesar de tener signos claros de haber sido provocada la muerte por el ahogamiento en las aguas del rio Arenales.
A la familia se le autoriza el retiro del cuerpo, para evitar, largos 10 o 15 días hasta que se cuente con los resultados anatomopatológicos y entomológicos. Adviertien que no existen golpes, o lesiones que lo puedan hacer compatible con otro tipo de muerte.
El deterioro que presentaba el cuerpo esta relacionado con el paso de los días y el haber estado expuesto al agua y al calor constante, por las condiciones climáticas y del medio donde se produjo la muerte.
La día de muerte sellada en el certificado de defunción con fecha del domingo 6 de enero a las 14.30, descolocó a familiares, dado que la desaparición del niño fue anunciada de manera oficial justo un día antes, el sábado 5 a las 14.30.
En el caso del pequeño a la familia se le entregó un certificado en el que se señala “muerte dudosa”, a la espera de los resultados definitivos de laboratorio.
Es un caso distinto al de otras muertes también por ahogamiento, en virtud, que en varios de ellos los cuerpos son encontrados a las pocas horas.
Por lo que tienen los signos claros de lo que produjo la muerte. El caso del niño de 10 años, ahogado en las aguas del río Arenales, difiere por el estado de descomposición que presentaba tras cuatro días de haber permanecido en el agua. Se desechan en este sentido los rumores que el pequeño habría permanecido varias horas con vida.
El último adió a "Huevito"
El pequeño Exequiel Cruz descansa desde ayer en el cementerio de la Santa Cruz, donde fue llevado ayer desde su vivienda familiar en el barrio San Benito.
Numerosas personas se dieron cita para acompañar a los familiares, a sus allegados y amigos para brindarle el último adiós.
El dolor, el llanto, la congoja y las preguntas sin respuestas del por que de su muerte. Tan pequeño y una vida por delante vio sezgada su vida.
"Huevito" ya no estará en su barrio y los lugares que frecuentaba. Su banco estará vacío en la escuela, ya no acompañará a su amigos a jugar a la pelota y realizar travesuras propias de la edad. La comunidad que acompañó el dolor de la familia pide al Creador que tengan resignación y soportar estas etapas dolorosas de la vida ante la pérdida de un ser querido.
El último adiós fue en el cementerio de la Santa Cruz. La tragedia golpeó a la familia Cruz y dejó consternada a la comunidad salteña.
Cabe recordar que el cuerpo del niño de 10 años que fue arrastrado por las aguas del río Arenales, cuando se sumergió para atenuar el calor en la tarde del sábado y fue localizado cuatro días después. Eso ocurrió el martes a las 10.30. “Huevito” lamentablemente murió pero quedó en los corazones de su familia y amigos, su sonrisa, su buen caracter y compañerismo quedarán sellado por siempre.
En la casa de Exquiel quedó colgada una bandera que reza sobre el trágico accidente “mi cuerpo estará en una tumba y mi alma con vos”.