El pedido de juicio, presentada por la fiscal de Derechos Humanos, Verónica Simesen de Bielke, tiene como imputados a los sargentos Rómulo Segovia y Pablo Exequiel Toledo, y al cabo Víctor Cruz.
Todos irán a juicio por los delitos de vejaciones calificadas con allanamiento ilegal, privación ilegítima de la libertad y falsedad ideológica, todo en concurso real.
La acusación surge de un hecho ocurrido el 9 de enero pasado, cuando los policías, a bordo del móvil 1.829 investigaban el robo de una bicicleta, la que encontraron en una casa del barrio Norte Grande.
En esas circunstancias, los policías llegaron hasta la casa de la víctima, quien aseguró que dormía cuando su madre le dijo que había policías en la vereda, por lo que salió a ver qué sucedía.
Al indagar sobre su presencia, los policías, acompañados de dos vecinas, indicaron que la bicicleta que estaba en su casa había sido sustraída a las mujeres.
Tras hacerse el desentendido, autorizó a los policías a que se llevaran el rodado, tras lo cual los uniformados ingresaron a la casa en busca del ladrón, el que estaba ocultó bajo una cama.
Al verse descubierto, huyó por los techos, iniciándose una persecución por las calles del barrio, la que no tuvo éxito para los policías.
El vecino, quien había salido detrás de los policías para verificar si detenían al ladrón, fue detenido por encubrir al delincuente.
Fiscal
En su pedido de juicio, la fiscal sostuvo que el vecino detenido resultó con disparos de posta de goma en sus piernas, lesiones en la cabeza y que los policías le “armaron” una causa para justificar su detención. Según la fiscalía, uno de los efectivos le dijo al vecino “a vos te vamos a llevar por encubrimiento” y luego lo subieron a la caja del móvil y lo esposaron.
Agregó que luego que uno de los policías le disparó en ambas piernas, mientras que otro le pisó la cabeza.
Estas lesiones, según aseguró la fiscal, fueron corroboradas por un informe médico realizado por el Gabinete de Medicina Legal del CIF.
Simesen de Bielke sostuvo que los hechos fueron corroborados con la denuncia del damnificado, testimoniales de testigos presenciales y certificados médicos, la nómina de efectivos que se encontraban en el móvil y la copia del libro de guardia, entre otros elementos de convicción reunidos, que dieron cuenta de la participación punible de los imputados.
Respecto a cómo apareció en la casa del vecino la bicicleta robada y qué hacía el delincuente refugiado en esa vivienda, la fiscalía aún no resolvió dicha investigación ni se informó de detención alguna.