El testigo aseguró que apenas se enteró del hecho, se trasladó a la casa del imputado, con su mujer, que también era muy amiga de Jimena. Contó que, al llegar, abrazó al acusado, que estaba como bloqueado.
Consultado acerca de la relación entre el acusado y la víctima, aseguró que siempre los vio como una pareja unida en todos los proyectos que encaraban, tanto cuando decidieron hacer tratamiento de fertilidad para ser padres, como cuando sacaron el crédito para construir la casa propia. Manifestó que, tras el crimen, su amigo quedó destrozado, sobre todo porque no entendía por qué había pasado esto, “una situación totalmente irreal” para personas comunes, sin ninguna relación con ambientes delictivos. Aseguró que, a pesar de ser amigos de toda la vida, Cajal Gauffín nunca le contó acerca de la relación extramatrimonial que reconoció haber mantenido luego, al declarar en el contexto de la causa. Dijo que en ese momento lo creyó incapaz de algo así y le costó creer que no le hubiera contado algo así a él, que era amigo de la infancia. Pero luego - analizó - supuso que no se atrevió a hacerlo porque sabía de su amistad con Jimena y seguramente eso lo habría incomodado.
Sobre la cremación del cuerpo de la víctima, el testigo afirmó que sabía que esa era la voluntad de Jimena, porque así lo había manifestado una vez en una charla que mantuvieron durante una cena.