Según lo informado, todo sucedió luego de la celebración de una fiesta de bautismo. Como consecuencia de dicho festejo y, en especial, por la gran cantidad de bebida que corrió durante la noche, la mujer terminó bastante alcoholizada.
El caso fue llevado adelante por la fiscal de Violencia Familiar y de Género, María Soledad Filtrín Cuezzo, quien dirigió la investigación y representó al Ministerio Público Fiscal durante el juicio seguido contra el hombre denunciado.
En el debate, se estableció que el 15 de marzo de 2020, la joven y distintos familiares habían acudido a un bautismo en Embarcación, donde la víctima se embriagó, por lo que debió ser traslada a Orán por sus familiares y amigos.
Un hermano y su cuñada, según lo revelado, fueron los que la llevaron hasta su vivienda. Allí, la acostaron y luego se retiraron hasta su propio hogar, ubicado a la vuelta de dicho domicilio. El acusado -que está casado con otra hermana-, en tanto, se presentó en la casa de la pareja y les solicitó la llave de la casa donde estaba la víctima, ya que debía retirar una moto del lugar.
Al ingresar, el hombre, que no fue a buscar la moto, abusó de la mujer, quien debido al estado de ebriedad que tenía no se percató de lo sucedido, aunque sí después cuando se despertó y notó los rastros dejados por el abusador.
Las muestras de ADN recolectadas, casualmente, resultaron positivas para espermatozoides, plasma seminal y células epiteliales correspondientes con el ADN del acusado. Al realizar la denuncia en 2020, la víctima narró que un episodio similar había sucedido en 2018, por lo que este hecho se sumó a la acusación penal.