Su exmujer, según lo informado, se encontraba en el Ministerio Público de la Defensa buscando asesoramiento cuando se presentó su agresor, quien había sido excluido del hogar y sobre el que pesaba una perimetral. Por ello, la fiscal de Violencia Familiar y de Género 1 Claudia Geria, solicitó su detención.
En vista de ello, el hombre de 70 años fue detenido en los pasillos de la Ciudad Judicial por desobedecer una orden emitida por la Jueza de Violencia Familiar y de Género de exclusión de hogar y prohibición de acercamiento a su pareja.
Geria informó que al tomar conocimiento de que el hombre se encontraba en la puerta de la Defensoría Oficial, a sólo metros de su pareja, es que activó los mecanismos judiciales necesarios para proteger a la víctima. A su vez, explicó que la mujer buscaba asesoramiento por la situación de violencia que vive en su hogar, y advirtió que su agresor se encontraba allí, pese a que el 3 de junio se había dictado una medida perimetral de 300 metros al hombre.
Inmediatamente, la Defensora de Violencia Familiar y de Género 2, Liza Medrano, se comunicó con la fiscala Geria quien, tras verificar que el hombre había sido notificado el 8 de junio pasado sobre la exclusión de hogar y prohibición de acercamiento a su pareja, solicitó su detención por flagrancia.
El agresor, que será imputado en los próximos días, cuenta con antecedentes por violencia de género y permanece detenido. La fiscal de Violencia Familiar y de Género solicitó, además, el mantenimiento de la detención para proteger a la víctima y evitar el entorpecimiento de la investigación.
Al ser consultada sobre el hecho, la defensora Medrano afirmó que la ley establece claramente que los policías, en su carácter de funcionarios públicos, tienen el “deber” de detener a quien sea sorprendido en flagrancia en la comisión de un delito de acción pública sancionado con pena privativa de libertad. El fiscal tiene la facultad de solicitar la detención al juez de Garantías si lo considera pertinente.