El presidente, de 65 años, no informó cuándo se hizo el examen, el cuarto desde que se confirmó que contrajo la enfermedad el 7 de julio.
La última prueba, el 22 de julio, había mostrado que seguía portando el virus 15 días después del primer positivo.
Recluido
El presidente se mantuvo prácticamente recluido en el palacio presidencial de la Alvorada casi 17 días. La menor exposición de Bolsonaro llevó a una disminución de la temperatura política en Brasilia, luego de semanas de confrontación con otros poderes.
El derechista, quien reconoció dificultades para quedarse excluido en la Alvorada, mantuvo una agenda de trabajo con reuniones virtuales y apareció varias veces en los jardines de la Alvorada para saludar a la distancia a seguidores y hacer propaganda de la hidroxicloroquina. El jueves, en una salida imprudente, Bolsonaro paseó en moto por los alrededores de la residencia oficial sin máscara y conversó con trabajadores de limpieza.
La recuperación se demoró más de lo previsto para el mandatario, quien tenía previsto comenzar ayer una agenda de viajes por distintos estados brasleños, que comenzaría ayer en Piauí.