El Papa Francisco recordó en su último mensaje del año a las personas que viven en condiciones de esclavitud.
El Papa ha recordado en su último mensaje del año a todos los que viven en condiciones de esclavitud e indignas en todo el mundo, al mismo tiempo ha pedido que la Iglesia no sea "indiferente" a su situación.
"La Iglesia que está en Roma no quiere ser indiferente a las esclavitudes de hoy, ni simplemente observarlas y socorrerlas, sino que quiere estar dentro de esa realidad, cercana a esas personas y a esas situaciones", ha manifestado el Papa Francisco.
Sostuvo también que la "cercanía materna" de la Iglesia frente a las personas más débiles de la sociedad, ha recordado que también en Roma "hay hermanos y hermanas que, por distintos motivos, se encuentran en esta situación".
"En particular, pienso en tantas personas sin hogar. Son más de 10.000. Su situación es especialmente dura en los meses de invierno. Todos son hijos e hijas de Dios, pero diferentes formas de esclavitud, a veces muy complejas, los han llevado a vivir al borde de la dignidad humana", ha señalado el Papa.
La presencia de Jesús
Durante la homilía de la última misa de 2018, el Papa ha subrayado que Jesús "nació para rescatar", es decir para "sacar de una condición de esclavitud y devolver a la libertad, a la dignidad y a la libertad propia de los hijos".
Si bien en este momento, según ha señalado el pontífice, aquel Jesús "es casi invisible e insignificante, en poco más de treinta años desatará una fuerza sin precedentes, que todavía permanece y perdurará a lo largo de toda la historia". "Esta fuerza se llama amor", ha acotado.
La ceremonia eucarística ha comenzado cuando el Papa besó una representación del niño Jesús ubicada a los pies del altar mayor al tiempo que el coro de la basílica entonaba 'Noche de Paz'.
“Demos gracias a Dios por el año que llega a su fin, reconociendo que todo el bien es don suyo”, manifestó.
Asimismo, el Pontífice también presidió las Vísperas de la Solemnidad de María Madre de Dios que la Iglesia celebra cada 1 de enero.
El amor de Dios es el que perdurará
En su homilía señaló que el amor de Dios es una fuerza sin precedentes que perdurará a lo largo de toda la historia y cuya plenitud es Jesús.
Francisco centró su reflexión en dos expresiones de la Carta de San Pablo a los Gálatas cuando recuerda que en la “plenitud de los tiempos”, el Hijo de Dios se hizo hombre en Navidad para “rescatar” a todos de la esclavitud. El Papa Francisco afirmó que el amor de Dios es una fuerza sin precedentes que perdurará a lo largo de los tiempos.