El socio local de la empresa, PDVSA, debía cientos de millones de dólares, según documentos internos, y no parecía haber posibilidad de que las cosas mejoraran.
“Será así por toda la eternidad”, escribió un auditor interno de Rosneft en un correo electrónico a un colega en noviembre de 2015, quejándose de que no había avances para que PDVSA explicara un agujero de 700 millones de dólares en el balance general de una empresa conjunta.
El correo electrónico es parte de una gran cantidad de comunicaciones internas de Rosneft revisadas por Reuters, incluidas presentaciones, copias de cartas oficiales, notas y hojas de cálculo. Los documentos cubren las operaciones de la firma en Venezuela entre 2012 y 2015.
Fue un período en el que otras petroleras abandonaron el país o estaban congelando inversiones en Venezuela.
Pero Rosneft aumentó su participación en empresas conjuntas con PDVSA y prestó aún más dinero, según los documentos.