Del acto, consistente en el descubrimiento de una placa que designará a una de las dependencias del nosocomio, participaron el presidente del cuerpo, Antonio Marocco; familiares del Dr. Humacata, encabezados por su esposa, Mirta; sus hijos Facundo, Sergio y Germán y su hermano, Oscar; el ministro de Salud Pública, Juan José Esteban; el secretario de Salud, Martín Flores Perazzone y el gerente Julio Garzón, junto a profesionales del hospital.
En nombre de la comisión de homenajes del Senado, el legislador Fernando Sanz dijo que Humacata fue un trabajador de la salud que dio su vida por salvar la de los otros, dejando una impronta y mucho sacrificio durante lo peor de la pandemia; destacando, además, a sus hijos por seguir llevando adelante su legado.
El presidente de la comisión de Salud, Manuel Pailler, sostuvo que Humacata desarrolló su vocación de servicio por más de 40 años y admitió que aunque su tarea como Secretario de Salud fue efímera, marcó los lineamientos de la política de salud.
Su hijo Facundo trazó una semblanza al describir a Humacata como un salteño de pura cepa: bien de campo y defensor de la cultura gauchesca, que además de su profesión amaba cantar en reuniones familiares.
Dijo que se formó profesionalmente en Tucumán y fue parte del centro de estudiantes, luchando por los derechos humanos en épocas muy difíciles marcadas por la irrupción de la guerrilla en las universidades, que lo llevó a perder amigos y a tener la idea de devolver a la sociedad la educación que le dio el Estado, siendo 11 años director del Hospital del Milagro y pasando por varios cargos nacionales y provinciales.
El ministro Esteban definió a Humacata como un gladiador de la salud pública que sigue presente en el Ministerio con su pensamiento sobre política sanitaria y reveló que el año pasado le había pronosticado su llegada al gabinete provincial, por lo que cuando fue convocado por el gobernador, Gustavo Sáenz, no dudó en proponer a su amigo para ocupar la Secretaría de Salud.