Así lo indicó el jefe comunal de la ciudad termal, Gustavo Solís en declaraciones a Aries FM (91.1) en relación a la asistencia que llegó desde el ministerio de Salud de la provincia.
“Acá en Rosario de la Frontera lo único que se hizo fue colocar una carpa del Ejército, como una especie de hospital de campaña, a la que yo le llamo el hospital de la vergüenza”, lanzó Solís que agregó “a mí si me tienen que internar ahí no sé si me pueden sacar adelante”.
En ese sentido sostuvo que desde Salud “no hicieron nada” para brindar soluciones fundamentalmente en alta complejidad. No obstante, si bien reconoció que no hay problemas en la falta de insumos, y que fue el municipio el que también aportó con fondos propios para este tipo de material e inclusive con la distribución de barbijos adquiridos también desde la comuna.
Cabe recordar que oportunamente a fines de mayo pasado, durante la inauguración de este espacio complementario para el Hospital Melchora Figueroa, se lo describía como un nuevo espacio de 50 m2 y con las 20 camas que aumentarían la capacidad de atención a los pacientes leves y moderados COVID-19 que requieran asistencia de oxígeno medicinal. Además detallaban que cada cama se encontraría distanciada a dos metros de la otra y con cobertura permanente de seis enfermeros. No obstante, y según los dichos del intendente rosarino, nada de lo prometido fue cumplimentado, presentando todavía el nosocomio, graves inconvenientes para la asistencia a los pacientes con COVID-19.
El hospital Melchora Figueroa de Cornejo es de tercer nivel de complejidad, donde se desempeñan más de 300 trabajadores y tiene servicio de Ginecología, Traumatología, Cirugía General, Clínica Médica, Terapia Intensiva, Salud Mental y Asistencia Social.