La ordenanza 34/18 fue aprobada en noviembre del año pasado pero recién tomó relevancia cuando los vecinos comenzaron a registrar en sus facturas el tarifazo.
La normativa surgió para desalentar la instalación de los comerciantes que no sean de Campo Quijano, pero entre gallos y medianoche se aplicó para todos los vecinos e incluía todos los tributos municipales. La derogación del aumento tuvo sus vaivenes por las responsabilidades que les competían tanto al Ejecutivo como al Concejo Deliberante.
En la oportunidad, el intendente de Campo Quijano, Manuel Cornejo, aprovechó la desinteligencia del Concejo Deliberante que se equivocó en la redacción de la ordenanza aplicando el aumento a los tributos (a excepción del impuesto automotor, inmobiliario y tasa retributiva) y luego pidió que se suspenda la suba, y les devolvió otro proyecto de ordenanza en el que además no sólo se continuaba con el aumento sino que se otorgaba facultades para aumentar los impuestos de acuerdo a las necesidades económicas.
Finalmente el viernes pasado, Cornejo se reunió con cuatro concejales oficialistas, de los siete que tiene el cuerpo deliberativo, y acordaron darle un corte definitivo al malestar de los vecinos por el aumento de impuestos que inclusive organizaron marchas de repudio.
Por la noche, reunidos en sesión extraordinaria el Concejo Deliberante derogó la ordenanza del “aumentazo”, poniendo énfasis en que el jefe comunal no tiene potestad para aumentar los impuestos a libre criterio.
También dispuso que los contribuyentes que hayan sido afectados por el aumento del 200% puedan pasar por las oficinas municipales para que le restituyan el dinero. Después de este largo proceso los impuestos se retrotrajeron a los valores de noviembre de 2018.
