Sucede que las obras de infraestructura que permitían el intercambio de compra de gas desde Argentina fueron cumplidos por Bolivia, pero no por la actual gestión a cargo de Mauricio Macri, quien suspendió las obras en ese gasoducto.
La preocupación fue planteada en el medio boliviano Página 7, al que el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, aseguró que la suspensión de las obras del GNEA no afectará las exportaciones de gas boliviano a Argentina.
“Esta suspensión no afecta a las exportaciones, hay suficiente espacio para exportar 24 a 26 MMmcd (metros cúbicos), de gas y ahora por contrato podemos exportar 20 a 21 MMmcd. El ducto que existe es más que suficiente para llevar gas boliviano”, dijo.
Explicó que Argentina impulsaba la construcción del GNEA en función de sacar la producción de los pozos en el norte de ese país junto al gas boliviano hacia Buenos Aires. “Pero parece que los pozos en el norte de Argentina se están agotando; para la demanda actual de gas boliviano el gasoducto que existe es suficiente. Pero si piensa como Argentina, a largo plazo se requiere un nuevo tubo para cuando se reactiven pozos de norte argentino y se pueda llevar ese gas y el de Bolivia a Buenos Aires”, subrayó García Linera.
El gasoducto norte de TGN
Por su parte, el ex ministro de Hidrocarburos de Bolivia, Álvaro Ríos, aseguró que en el norte argentino hay un gasoducto alternativo de la Transportadora de Gas del Norte (TGN) que puede tomar los volúmenes máximos de gas establecidos en el contrato con ese mercado.
Con esto, dijo, se puede cumplir con “la totalidad del contrato que se tiene con Bolivia y que va hasta el año 2026. Argentina requiere y desea que Bolivia le envíe el tope del contrato en invierno cuando tiene déficit, situación que no viene ocurriendo desde 2016, lo que ha forzado a importar adicionales cantidades de GNL en los meses de invierno”, precisó.
Sin embargo, Ríos subrayó que en Argentina no se necesita de una nueva infraestructura. “Bolivia no puede evacuar más gas a lo que se tiene establecido en el contrato porque no tiene producción suficiente y Argentina cada vez necesitará menos gas de Bolivia, especialmente en los meses de calor”, amplió.
Esta situación, no obstante, está supeditada a lo que pueda ocurrir con las inversiones en el sur de Argentina, particularmente en Vaca Muerta. Y es que a criterio de Ríos, la única variable que puede más adelante cambiar esta situación es que las inversiones del emprendimiento sureño “se detengan muy rápidamente fruto del clima de inversiones asociado a tarifas, inflación, tipo de cambio, entre otros”.