A pesar de esta acusación, y de que la agresión habría sido comprobada por un médico del Hospital de Embarcación, el acusado sigue libre.
La denuncia se presentó a las 3:30 del 21 de diciembre en la Comisaría 43 de Embarcación. La víctima, quien reside en Misión Salim (donde conviven comunidades del pueblo wichi) denunció a Rogelio Vázquez, de Misión Salim 1.
La denunciante dijo que cuando se “dirigía a la cena de su hija, fue interceptada por el acusado”, quien tiene una enemistad con la familia de la víctima. Este hombre la agarró de la remera, le dio un golpe de puño en el rostro y luego la pateó en distintas partes del cuerpo, lo que provocó que se desmayara.
Cuando recuperó el conocimiento, la mujer tenía la ropa interior bajada y por los dolores en la zona genital supo que había sido violada. Con la ayuda de dos vecinas de Misión Salim 1, Patricia Monte y Mabel Fernández, la denunciante logró recomponerse un poco y asistir al Hospital de Embarcación, y luego de ser revisada hizo la denuncia contra Vázquez, quien, sin embargo, continúa en libertad.
El pasado 26 la mujer fue a pedir explicaciones a la Policía por la falta de respuestas a su denuncia. “Hoy vine a preguntar, por qué está libre el hombre, anda libre todavía. Pregunto, y me dicen que los papeles están lentos, que han mandado de Tartagal a Orán”, contó a Nuevo Diario.
Añadió que en su momento fue a Tartagal, donde fue revisada por un médico forense. Y narró que poco después del ataque fue revisada por un médico de Embarcación, “y él es el que me ordenó que haga la denuncia aquí en Embarcación”. “Estaba grave, en shock, el médico me vio, estaba pálida”, recordó. Dijo que este médico certificó que fue abusada sexualmente. Le indicó que realizara la denuncia y que volviera para que le aplicaran suero. Sin embargo, en la Comisaría de Embarcación le dijeron que debía hacer la denuncia en Padre Lozano, “como si fuera que ellos estaban tapando algo”.
Otra denuncia
En el Destacamento policial de Padre Lozano, el cacique Leonardo Simplicio denunció a otros miembros de la Comunidad, de las familias Vázquez y Gallardo, porque “no dieron cumplimiento a lo acordado, por mala distribución de la carne vacuna que fueron donadas para la Comunidad” y porque la carne “aparentemente se encontraba en malas condiciones para el consumo humano”. Simplicio solicitó que criollos que pastorean sus animales en tierras comunitarias “saquen sus animales de la comunidad misión Salim”.