Transcurrido cerca de 40 años, el puente ubicado en inmediaciones a la ruta provincial 8, a la altura del kilómetro 15 y que conectaba esos parajes con la ciudad cabecera del departamento, aún no despierta en el Gobierno provincial ni la necesidad ni el interés de volver a levantarlo.
El 11 de febrero de 1982 una crecida se llevó el puente, impidiendo el desarrollo económico de los pequeños productores de la zona. Los lugareños señalan que para llegar a las fincas de esos parajes para ir a trabajar en tiempo de crecidas deben transitar 50 kilómetros por un camino alternativo que hay llegando a Torzalito. La distancia es similar a la que existe entre la ciudad de General Güemes y la Capital salteña.
Hernán Martínez, vecino de la zona, junto al Concejo Deliberante de Güemes, elevaron el pedido de la construcción del puente al gobernador Gustavo Sáenz y los presidentes de las Cámaras de Diputados y Senadores.
“Si el puente estaba en el lugar, es porque era necesario. Se cayó y no lo volvieron a construir. La gente va en colectivo a las fincas, pero cuando crece el río tiene que ir hasta Torzalito, donde el camino tampoco está en buen estado”, contó Martínez a Nuevo Diario.
Por la ruta original, el trayecto los parajes significa cerca de 15 kilómetros, mientras que por Torzalito se triplica la distancia.
“Quiero que los legisladores apoyen este pedido porque cuando la gente quiere ir a trabajar y crece el río no puede. Si hay alguna emergencia, las ambulancias tampoco pueden entrar. Los remises tampoco”, remarcó.
El vecino manifestó que tanto la ruta 8 como el camino alternativo no tienen el mantenimiento adecuado y menos aún en temporada estival.
La ruta en cuestión lleva a la localidad jujeña San Juan de Díos, y según Martínez, otrora era una vía por la que fluía el comercio agropecuario.
