El director de Defensa Civil de Tartagal, Rolando Alvarez, indicó a Nuevo Diario que se intentará bombear agua para reducir el volúmen de la laguna, con dos bombas de achique gestionadas y enviadas por la Subsecretaría de Defensa Civil de la provincia.
El objetivo es descomprimir la cantidad de agua acumulada en ese sector por el taponamiento del arroyo, por endicamiento (efecto de dique) y deslizamiento de tierra y rocas a consecuencias de las lluvias que se produjeron en la zona.
El bombeo en principio sería para alivianar el volumen de agua que podría llegar a bajar luego que se dinamiten las rocas que taponan el arroyo.
Esta acción ya es evaluada por personal especializado del Ejército, que ayer estuvo en la zona estudiando la mejor manera para dinamitar, pero resguardando la seguridad de quienes trabajarán en el lugar y, por lo tanto, buscando la mejor vía de escape.
Alvarez no especificó el tiempo que llevará concretar estas acciones, aunque sostuvo que “es inminente”, y que las dilaciones tienen que ver con los estudios técnicos y de seguridad que se deben hacer en la zona antes de realizar cualquier trabajo.
A ello sumó que se deberá llegar por tierra, dado que la llegada por aire de helicópteros de apoyo se complica por ser esta una zona llena de árboles que podrían complicar las tareas de las naves.
Por tierra, en tanto, a la zona solo se puede ingresar a pie, dado que las mulas pueden llegar a 900 metros del lugar donde se generaron los desmoronamientos.
El funcionario municipal tartagalense pidió prudencia a quienes sientan curiosidad por ver la zona, dado que es peligroso que alguien pueda llegar hasta el lugar y sufrir un accidente por las condiciones de deslizamiento en la que se encuentra el terreno que, cabe recordar, está lleno de rocas que pueden provocar diversos golpes.
