Según argumentan, la frontera favoreció al lado argentino con trabajo clandestino de la mano del contrabando, extendiéndose más allá del fronterizo municipio; contrario al lado boliviano, que viene esperando desde fines de 2020 la apertura de la frontera.
En diálogo con FM Alba, el periodista Raúl Costes analizó que alrededor de pandemia surgieron nuevas fuentes de trabajo bajo el amparo del contrabando hacia el Estado Plurinacional de Bolivia.
"Los pasos clandestinos generaron trabajo como pasadores y cargadores, fletes y carga y descarga hormiga de granos, que ha llevado al progreso de un sector; además de sacar a jóvenes de las adicciones por volcarlos al trabajo", manifestó, "este grupo es el que no ha recibido para nada bien los anuncios de la Nación (…) con la apertura de frontera, los camiones y todo lo demás, se moverá por el Puente Internacional (…) el progreso que tuvo este grupo incluso les permitió comprarse sus autos o motos, y la noticia de apertura hace temer por sus fuentes de ingresos".
Cabe recordar que en Salvador Mazza no existían; hasta 2019; más de 2 fletes al mes y a casi cerrar 2021, se han conformado dos asociaciones que agrupan a un promedio de 80 miembros; no todos con residencia en la localidad de frontera, sino que también provienen de Aguaray, Tartagal, Embarcación e incluso Pichanal (Orán). "En Pocitos (Bolivia), los bagalleros están muy animados por la reapertura (…) su titular, Juan Carlos Llanque, remarcó que son 1.500 miembros los que esperan que la frontera se abra (…) la modalidad será selectiva y a partir del 1 de Octubre", continuó Costes.
