Tiene tres etapas, y hasta el momento solo se dispuso para los vecinos, agua, luz y alumbrado público únicamente para la etapa 1. También tiene la apertura de calles.
En la página de Facebook promociona los terrenos con luz, agua, calles enripiadas, alumbrado público y espacios verdes e institucionales. Sin embargo, en los contratos individuales además ofrece cordón cuneta, alumbrado desde el acceso, boulevard central con platabanda forestada, calles de 14 y 16 metros de ancho y forestadas. También piletas para niños y adultos, parque con juegos infantiles, club house, SUM para eventos sociales, quincho y bar, solárium, vestuarios y sanitarios, y microcentro comercial. En los servicios, los desarrolladores inmobiliarios no dejaron de incluir la cancha de fútbol iluminada y playón deportivo; senda perimetral de 2 kilómetros arbolada, iluminada, con espacios de descanso con mesas y bancos; dos áreas con aparatos para ejercitación y por último un microbús para el traslado de los vecinos hacia la ruta que funcionaria de acuerdo a los horarios de Saeta.
Marcela Zigarán, una de las vecinas desilusionada de la compra que hizo, contó a Nuevo Diario, que la gente que adquirió los terrenos y comenzó a vivir ahí, al ver que las obras de infraestructura no se concretaban comenzó a revender los lotes, así fue que ella y su familia se radicó hace dos años en el barrio privado Los Algarrobos.
“En julio de 2017 me dijeron que el terreno ya estaba a tres meses de ser escriturado y hasta el momento no pasa nada. Las calles no tienen mantenimiento, el cordón cuneta no existe. El acceso iluminado desde la ruta, que son casi tres kilómetros, tampoco está y es difícil transitar por ahí cuando llueve. El boulevard central está forestado por los yuyos que llegan al techo”, relató la mujer.
Precisó que la falta de mantenimiento de los espacios verdes es tal, que el viernes pasado sus perros fueron picados por una yarará.
Esto se suma a la falta del servicio de recolección de residuos. “Tenemos que caminar unos 300 metros para dejar la basura en una carreta que está repleta, además hay ratones que salen de los yuyales para comer la basura. También hay charcos atestados de mosquitos. Algunas veces llevan la basura al fondo y la tapan con tierra”, agregó.
Detalló que el área del SUM está ocupada por personal del loteo y que el centro comercial fue reemplazado por un drugstore y un almacén. Tampoco hay mira de que se hagan las piletas, la cancha de fútbol, el solárium, o alguno de los otros servicios ofrecidos. “Compramos de buena fe y no hay nada. Para llegar a la ruta caminando de noche hay que pasar con linternas para que los autos no nos lleven por delante. Llegar hasta la parada de colectivos debería hacerse con una combi o vehículo que nos lleve hasta la Isla, pero nunca se puso a disposición del vecindario”, sostuvo. Por último, la mujer aseguró que analiza qué medidas legales tomar para que el de-sarrollador cumpla con lo prometido.