Esta iniciativa podría empezar a aplicarse con el Presupuesto General de la Municipalidad para 2.023, y apunta a establecer criterios objetivos para definir qué calles se pavimentarán, en función de los recorridos que realiza el transporte de pasajero, principalmente en los barrios salteños.
“Cuando estamos con los vecinos en los barrios, un permanente reclamo es sobre las calles sin asfaltar. Sabemos las consecuencias negativas de ello: daños en la salud, en el deterioro de las casas, problemas de movilidad y accesibilidad”, explicó la concejala Am.
“Pero cuando por estas calles sin asfalto pasa el transporte público, estas consecuencias negativas se agravan y multiplican. Provocan, por ejemplo, que un día de lluvia un colectivo deba desviarse y los vecinos tengan que cruzar esas calles, con lagunas, y caminar más para tomar el colectivo. Asimismo, los colectivos se salen de su recorrido habitual y pierden el tiempo que tienen prestablecido”.
La edil explicó que, junto a la Sociedad Anónima del Estado del Transporte Automotor /SAETA), se elaboró un informe sobre aquellas calles que mayor impacto tienen, de manera de señalar la prioridad de pavimentación a aplicarse con el Presupuesto del 2023. “Esta es una herramienta de gestión para dar una prioridad media o alta a las calles por pavimentar. Hoy en día no sabemos cuáles son los criterios objetivos con los que decide el Municipio para pavimentar una calle. Esta es una manera de establecerlos y transparentar la toma de decisiones”.
Desde la UTA y SAETA
La medida, cabe destacar, es alentada también por la Unión de Tranviarios Automotor (UTA.seccional Salta) al igual que por la propia SAETA, ya que los conductores podrán circular más cómodos sin desvios ni restrasos, y los empresarios podrán protejer las unidades respecto al mal estado de las calles de ripio.
