Gerónimo Requena, delegado del Corredor 7 de la empresa Alto Molino, manifestó a Nuevo Diario que el problema del mal estado de las calles en esos barrios es de larga data y que empeora durante el período estival.
“A las calles les tiran ripio que con las lluvias se lava, y los pozos y el agua estancada sigue por semanas”, sostuvo Requena, quien además pertenece a la agrupación Colectiveros Unidos de Salta (CUC).
Sin embargo, las mayores dificultades se plantean en las consecuencias laborales que tienen al no poder cumplir con los horarios de llegada a la punta de línea. El recorrido del Corredor 7 D habitualmente se hace en 1:20’, por el estado de las calles tienen una demora de entre 8 y 13 minutos.
“Tenemos que ir despacio y por eso llegamos tarde a la punta de línea y perdemos los descansos porque tenemos que respetar las salidas, muchas veces nos quedamos sin poder siquiera ir al baño. Y qué decir de los problemas de columna y cervicales con los que terminamos”, agregó.
El chofer precisó que la semana pasada presentaron nota en Obras Públicas de la Municipalidad, mientras que el lunes pasado en SAETA y en la empresa. “La situación no solo nos afecta a los choferes, sino a los usuario a causa de las maniobras que tenemos que hacer para poder circular. La misma gente se enoja con los conductores y nosotros tenemos que cumplir horarios, una planilla. Las calles están un desastre. En SAETA nos dijeron que ya alquilaron una máquina para nivelar las calles, pero queremos que la Municipalidad también se haga cargo. Tienen que tomar conciencia que no solo el chofer tiene problemas, sino la misma gente que va a los tumbos con ómnibus llenos”, finalizó.