La ceremonia se llevó a cabo al pie de la cruz en calle Paseo Güemes de la capital salteña, a metros del cerro San Bernardo. Allí se congregaron el vicegobernador, el arzobispo, dirigentes políticos y vecinos para descubrir una placa.
El vicegobernador Marocco expresó: "Aquel octubre de 1974 el pueblo de Salta vivió unas jornadas extraordinarias de fe; hoy, con la recordación de este hecho, buscamos revitalizar el valor espiritual que tiene nuestra sociedad salteña en este momento tan difícil que vivimos en la provincia y el país".
"Esta no es una cruz más, es la cruz de nuestra Salta, de los que creemos que debemos avanzar en la recuperación de los valores en la sociedad", agregó el vicegobernador. En tal sentido, concluyó: "Queremos, entre todos, hacernos eco de que en los momentos difíciles tenemos que estar todos juntos como dice nuestro Papa Francisco, y avanzar para que en Salta haya menos desigualdades, más oportunidades y poder vivir en libertad".
A continuación, habló monseñor Mario Antonio Cargnello, quien recordó que en el año 1974 el Papa Paulo VI convocó al Año Santo, instruyendo que primero se preparen las diócesis del mundo y luego, al año siguiente, en Roma. "Argentina vivía una crisis, era un momento difícil. Aquí vino la señora María Estela Martínez de Perón, quien era la presidenta, y quisieron asentar en Cristo un tiempo nuevo", explicó.
El arzobispo refirió el anuncio que realizó el Papa Francisco, reconociendo el martirio en territorio salteño de los que se conoce como Mártires del Zenta: el vicario Pedro Ortiz de Zárate, el sacerdote Juan Antonio Solinas y sus acompañantes criollos y aborígenes.
"En este momento que tenemos que reconciliarnos los argentinos de nuevo, la Iglesia tiene para ofrecer a esos mártires que en una época mucho más difícil apostaron por los aborígenes y murieron por la incomprensión. Hoy necesitamos romper abismos, tender puentes", concluyó el arzobispo.
Cargnello bendijo la placa conmemorativa que fue colocada al pie de la cruz, dando por concluido el acto. La misma tiene grabadas palabras del Papa Paulo VI, quien en el discurso que envió a los fieles congregados en el cierre del Congreso convocó a "edificar, en los no fáciles momentos presentes, una verdadera pacificación, en Cristo, de toda la sociedad argentina"; y de la presidenta María Estela Martínez de Perón, quien en su oración rogó a Dios "que nos concedas la paz y la felicidad para nuestra Nación, conduciéndola por senderos de cordura y progreso".