En febrero del año pasado Johana y su esposo deciden adquirir una casa. Cuando la mujer fue a cerrar trato con Sebastián Segovia, responsable del local comercial, por una casa prefabricada con tres dormitorios y baño, éste le ofrece un modelo mejor con revestimiento interior y por fuera madera estilo cabañas.
“La casa me salía 52 mil pesos y con el revestimiento con durlok me salía 72 mil pesos. Y yo con la ilusión de tener mi casa y al ver que el local está en pleno centro de la ciudad, confié y le dí 52 mil en efectivo y el resto con tarjeta.
Le dije que me entregue la casa en mayo, así me daba tiempo a recuperarme del crédito que había sacado para dar la entrega”, relató a Nuevo Diario la damnificada.Cerca de la fecha fijada, la familia guemense vuelve a meterse en cuentas para comprar ventanas, puertas, sanitarios, armar la base de cemento y las instalaciones del baño, pero Segovia comienza a extenderles el plazo de entrega.
“Cansados de las demoras, a fines de septiembre me voy a Defensa Del Consumidor y en una mediación le pido a Segovia que me devuelva la plata porque ya no quería la casa y él dice que no tiene plata y que la casa ya estaba lista. Ahí me dijeron que él es uno de los que más denuncias tiene”, comentó Johana.
Tras la intermediación del organismo público, Segovia le armó la casa en octubre del año pasado pero sin el revestimiento interno. La familia con tres niños reside en la casilla a medio terminar con todas las incomodidades que ello implica.
“Hasta ahora no hay respuesta para que terminen la casita, el tipo ya no atiende el teléfono y no se lo puede encontrar en ninguna parte”, sostuvo Johana. La mujer recordó que la firma antes de ser Venta de Paneles de Madera Para la Construcción de Casas Prefabricadas, se llamaba Vivienda San Juan.