Junto con ella también “reapareció” el retrato del ex presidente Evo Morales a las instalaciones, luego de que por decisión de la presidenta de facto, Janine Áñez se descolgaran estas banderas wiphalas, e inclusive las quemaran. En Salta ayer se realizó un emotivo acto en la sede del consulado de Bolivia, en calle Mariano Boedo 53.
Los miembros de la colectividad boliviana recordaron los oscuros días en los que se asistió a la quema de la bandera de los pueblos originarios, generando gran conmoción, no solamente en las comunidades originarias del vecino país, sino rechazos en todo el mundo.
Sin lugar a dudas, y como lo expresó el cónsul interino de Bolivia en Salta, Mauricio Espinoza: “El ataque contra la wiphala se ha tomado como una agresión" a los pueblos originarios que han sido históricamente olvidados y discriminados. "Hay mucha gente que ha salido a la calle a protestar contra la oposición no por Evo Morales sino por la wiphala y por actitudes racistas que ha tenido la oposición durante las manifestaciones", recalcó.
En ese sentido, el cónsul interino hizo hincapié en la recuperación de un gobierno democrático y pluralista, reivindicador de los derechos de las comunidades originarias.
La wiphala reconoce derechos indígenas largamente vulnerados. Su origen se difumina en el pasado: “La bandera está conformada por 49 cuadrados de igual tamaño. Cada color posee un sentido, aunque en conjunto plantea la cosmovisión de los pueblos andinos y el orgullo de naciones históricamente invisibilizadas”.