Los 382 kilos de cocaína estaban ocultos en tres camionetas que la Gendarmería seguía, como parte de una extensa investigación al llamado clan Loza, cuyos jefes, los hermanos Waldemar, José y Erwin, lideraban una organización narcocriminal con ramificaciones en Bolivia, Perú, España e Italia.
El jueves a la tarde fueron detenidas tres personas, entre ellas Adelaida Castillo, una salteña, oriunda de Salvador Maza, en la frontera con Bolivia, que hace 20 años dejó de ser "bagayera" para convertirse en narco -según los investigadores judiciales- y tras la caída de los jefes del clan Loza tomó un rol protagónico.
Después de varios meses de una investigación que encabezaron el titular de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), Diego Iglesias, y el fiscal federal de Salta Eduardo Villalba, el Escuadrón de Operaciones Antidrogas de Gendarmería logró detener a este eslabón del clan Loza, una organización compleja que enviaba a Europa cargamentos de cocaína desde varios países de América Latina.
En un galpón ubicado en Ibarlucea se acopiaba la droga que provenía del norte del país, de acuerdo con las fuentes consultadas. Esa localidad de 5000 habitantes, está situada a 12 kilómetros de Rosario, sobre la ruta 34, que llega hasta Salvador Maza, en la frontera entre Salta y Bolivia, de donde es oriunda Castillo.
El cargamento de cocaína recorrió 1250 kilómetros, pero -según las fuentes judiciales- estaba monitoreado por efectivos de Gendarmería, que detuvieron a los supuestos narcos cuando arribaron a este pueblo cercano a Rosario (Santa Fe).