Los vecinos del barrio Hernando de Lerma, luego de formalmente realizar denuncias en la UR1 y no tener soluciones recurrieron a hacer público su malestar.
Y es que en el domicilio donde funciona un drugstore, ubicado en Catamarca entre Virgilio Tedín y pasaje Saravia, casi todos los fines de semana se organizan fiestas no autorizadas, donde se cobra entrada y hay consumo de alcohol.
En la denuncia radicada en la Unidad Regional 1 (UR1), los vecinos que quieren resguardar su identidad para no sufrir acoso de la familia en cuestión, señalan que ante los ruidos provocados por los jóvenes que se reúnen para ingresar y los altos volúmenes de la música, con frecuencia llaman al Sistema de emergencia 911, pero que no obtienen respuestas.
"Las fiestas clandestinas comienzan los días viernes y continúan durante los fines de semana y si es feriado también la siguen", afirmó una vecina.
Detallaron que durante el último fin de semana la fiesta duró hasta el lunes a las 8 de la mañana. “La cuadra estaba llena de gente ebria. No fui a trabajar porque me dio miedo salir a la calle”, refirió otro vecino.
Otra, aportó que tiene material fotográfico y filmaciones de los distintos disturbios que se producen en la zona a la salida de las fiestas. "En el lugar cobran entre $150 y $200 la entrada, de acuerdo al horario. Asisten jóvenes y adultos. Además orinan en la calle y en las casas. En el sector hay cámaras de seguridad que muestran los movimientos de extraños, de gente que entra y sale toda la noche. Las clandestinas duran hasta las 8 y a veces 9 de la mañana", dijo.
"En ese lugar entran como 150 personas. Venden bebidas alcohólicas y cuando la gente sale deja las botellas en la calle. Llamamos incansablemente al Sistema de Emergencia 911, pero no hacen nada, llegan toca la puerta hablan con la dueña de casa y se van", agregó otro vecino.
Semanas atrás un grupo de jóvenes que salió de la casa de Catamarca 1220, se enfrentó con otro y provocaron daños a la propiedad de la vecina, e inclusive a la de la organizadora de las fiestas. También hubo daños en un vehículo que estaba estacionado en la cuadra.
Los vecinos, cansados de la inacción policial y ante amenazas de la familia que organiza las fiestas decidieron hacer público el malestar que ocasiona este tipo de situaciones.