Este año se volverá a vivir el típico Domingo de Ramos como lo era hasta antes del inicio de la pandemia y será con presencialidad plena y sin restricciones, aunque desde la Catedral insisten en que los feligreses cumplan con el correcto uso del barbijo y de alcohol en gel.
"La intención es que la gente pueda vivir el misterio de la Pasión y Resurrección de Jesús desde sus comunidades y parroquias. La idea es volver a las celebraciones masivas sin restricciones en el aforo, pero con la invitación de hacer uso correcto del tapaboca y del alcohol en manos antes de ingresar al templo. Sería la primera celebración convocante sin aforo restringido. Tenemos todas las expectativas", señaló Daniel Ochoa, vicario de la Catedral.
"Vamos a pedir por la paz y por las naciones que se encuentran en conflicto. Semanas atrás el Papa consagró al mundo y en especial a Ucrania y Rusia al corazón de la Virgen María. Esa intención es la que vamos a sostener en esta semana santa", agregó.
En cada Domingo de Ramos, día con el que se inicia la Semana Santa, se conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén en la que la multitud lo recibió con gozo y lo aclamó como el Mesías.
La bendición de los ramos y palmas tiene lugar antes de la procesión. Los fieles cristianos deben conservar en sus casas, junto a las cruces o cuadros religiosos, los ramos bendecidos como recuerdo de la victoria pascual del Señor Jesús.
"El Domingo de Ramos está marcado por la pasión que de alguna manera nos adelanta que esa entrada triunfal en Jerusalén es la misma muchedumbre que lo termina condenando a muerte a Jesús. Que esto sea un llamado a sostenernos en nuestra fe, a pesar de todas las circunstancias y que sea bendición para todos", finalizó Ochoa.
