Si bien el proyecto de ley final ingresó al recinto en mayo de ese año, desde la década del ‘90 varias organizaciones LGBT venían militando distintos proyectos de unión civil o matrimonio igualitario en el Congreso de la Nación.
En 2002, la Legislatura de Buenos Aires promulgó la unión civil para parejas del mismo sexo, una norma que garantizaba algunos de los derechos del matrimonio excepto el de adopción o herencia. Con esa deuda pendiente, la CHA (Comunidad Homosexual Argentina) insistió ante el Congreso con otra propuesta que los incluyera, en 2005 pero no prosperó.
Para 2009, las organizaciones de todo el país iniciaron una campaña nacional por el derecho al matrimonio igualitario ante los poderes Legislativo y Judicial: hubo casos con fallos a favor, otros en contra y cientos pedían recursos de amparo para que se declarasen inconstitucionales los artículos del Código Civil que impedían que se casaran. Esta fue la campaña de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans. En mayo de 2010, Diputados aprobó una combinación de dos propuestas para modificarlo y permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Hoy, a 10 años de la sanción de la ley que permitió el casamiento civil entre personas del mismo sexo, más de 20.244 parejas se casaron por matrimonio igualitario según la Federación Argentina LGBT+ (Falgbt), que reconstruyó esta cifra a partir de los datos oficiales de algunas provincias y de los relevamientos de organizaciones en otras jurisdicciones.
"Fuimos los principitos que conquistaron la opinión pública porque la sociedad estaba lista, pero hacía falta que alguien encarnara ese derecho y nosotros caímos justo porque éramos dos gays jóvenes de clase media, con hermanos y sobrinas", dijo José.
"Alguien tenía que encarar primero y fue muy difícil porque la Iglesia decía que somos pecado, las leyes decían que éramos un delito y la homosexualidad seguía siendo patologizada" aún cuando la OMS había dejado de considerarla una enfermedad 20 años antes.
Integrante por ese entonces de la Falgbt y con todo el apoyo de esta organización, Alex Freyre y su pareja desde hacía 15 años, presentaron un amparo para casarse en marzo de 2009 como lo hicieron entonces decenas de parejas cuando había mucha incertidumbre sobre la suerte que correrían los proyectos que se discutían en el Congreso.
"Cuando se creó la Federación en 2005 organizamos un plan de acción para conseguir el matrimonio igualitario, algunos se presentaron en los registros civiles y a todas les daban respuestas negativas", contó.
Freyre y Di Bello, como otras parejas, judicializaron ese rechazo, con el patrocinio de la Falgbt.
"Por entonces pensábamos que se iba a producir una lluvia de amparos y la Corte algún día, por acumulación de reclamos, lo iba a tener que resolver; pero no fue así porque implicaba que las personas se atrevan a visibilizarse, que tuvieran un abogado y encontraran un juez o jueza que se ajuste a derecho", reflexionó.
La jueza en lo Contencioso Administrativo y Tributario (CAyT) de la Ciudad de Buenos Aires Gabriela Seijas, "sorprendentemente" falló a favor de la pareja, que obtuvo el turno para casarse el 1 de diciembre de 2009, Día Mundial de Lucha contra el Sida dado que Freyre presidía por entonces la fundación Buenos Aires Sida.