Se trata de un acuerdo de cooperación técnica donde el organismo destinará esos recursos no reembolsables para realizar estudios que aporten nuevos conocimientos para el manejo integral, eficiente y sostenible de los viñedos.
También se destinará a la “puesta en valor de atributos diferenciales de la producción vitivinícola y la gestión de recursos físico-ambientales para el sector”.
Con el objetivo de llevar a cabo un Programa de Vitivinicultura Inteligente (PVI) que contribuya a incrementar la productividad, calidad y competitividad del sector, el BID suscribió ese convenio con la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR).
El programa se extenderá a lo largo de 30 meses y los recursos serán “no reembolsables”.
Entre los estudios, se incluirán la generación e integración de información sobre factores físico-ambientales (clima, suelo, relieve, paisaje, recurso hídrico, geo-situación), y el análisis de impacto económico y socioambiental de la adopción de los conocimientos, técnicas y tecnologías 4.0.
El primero de los trabajos incluirá el financiamiento de seis estudios que ayudarán a definir “zonas agroeconómicas homogéneas” de las regiones vitivinícolas en esas tres provincias.