Viviana Báez visitó Nuevo Diario junto a seis copleras, para invitar a las mujeres salteñas. “Festejamos el Día Internacional de la Mujer en José Echenique 1064, casa de don Severo Baez, la idea es cantar coplas para dejar nuestro sentir”, dijo Viviana.
A la redacción se llegaron las bagualeras Narcisa Rojas (San Juan de Iruya); Rosita Tolaba, del paraje Rumiarco (Chicoana); Estela Venicio, de Quebrada del Toro; Rafaela Gaspar, de Jujuy; Martina Ramos, proveniente de Nazaraeno (Santa Victoria); y Silveria Caucota, desde Iruya.
Agregó que se visualizó a la mujer desde que se comenzaron a denunciar la violencia y el sometimiento del que se era víctima. “En mi pueblo - dijo una bagualera- siempre el hombre era el que tocaba la caja, y la mujer llevaba la bandera y cantaba, hoy ya hacemos todo”.
Hicieron hincapié que con las costumbres que se llevaban adelante, las mujeres dificilmente salían de esos parajes, como dicen “en el medio de los cerros no podíamos conocer otra cosa”. Entendían que estaban olvidadas, a pesar que se compartía el trabajo del campo, sea cultivando o con el ganado.
“Siempre los hombres eran los que ordenaban y ganaban su dinero, hoy eso a cambiado, ya es más parejo y hoy nos animamos a contar”, dijo Narcisa La madre de Viviana recordó que cuando era niña, cuando bajaban las familias desde los cerros, el hombre iba montado en el caballo y la mujer caminaba al costado. Reconociendo que fue difícil la vida de las mujeres en esa realidad donde el hombre “mandaba”.
El mensaje de las copleras
Coincidieron las copleras que a través de la copla a veces se dice lo que se calla en lo cotidiano. “Las mujeres debemos seguir adelante, y no se deben callar lo que ocurre, que sepan que tenemos derechos igual que los hombres”, dice Rosita.
Reconocían que las mujeres, además de trabajar a la par del hombre en el campo, llegaban con los hijos cargados en sus espaldas a “lavar pañales y hacer la comida, hoy se ganaron espacios que se deben cuidar y saber valorar”, dijo Estela.
Finalmente, Viviana Báez remarcó la necesidad de no permitir ni el insulto que derive en más violencia, “nadie debe someterse y quedarse con un violento, no es amor”, dijo.
