El alza de 300 puntos básicos, que se anunció el viernes mientras el mercado estaba operando, había enfriado la escalada del dólar, aunque también en ese punto ayudó que el Central siguió vendiendo dólares después de mover la tasa, que quedó 30,25%.
En el segmento mayorista, arrancó a $20,58 aunque fue subiendo hasta los $20,92 a las 10.45, cuando llegó la primera intervención del Central.
El otro factor que había agitado el tipo de cambio la semana pasada estaría neutralizado: la masiva venta de Lebacs en manos de fondos extranjeros -motivada por la intención de dichos fondos a no quedar alcanzados por el impuesto a la renta financiera- ya estaría agotada.
La tasa de los bonos a 10 años se movió para arriba la semana pasada como reflejo del temor a un rebrote de la inflación en los Estados Unidos. La presión contra el peso argentino coincidió con que esa tasa superó el 3%, aunque luego retrocedió y el martes cerró en 2,96%.
La suba de tasas del Central fue vista con cierta satisfacción por los analistas financieros que creen que con esa movida la entidad recuperó la iniciativa para manejar la política monetaria. Desde la recalibración de metas de inflación de diciembre, el mercado interpretó que el BCRA había perdido autonomía.
El fuerte aumento de tasas mejoró la posición de Federico Sturzenegger y ahora parece haber, a ojos de los mercados, más compromiso del Gobierno para trabajar en acercarse lo más posible a las metas de inflación de este año.