En ese contexto la madre de Cintia, Ana Fernández, referente de familiares leyó una Carta Abierta que redactó para su hija, señalando que “no pude abrazarte y besarte y decirte cuanto te amaba, no imaginé que la última vez que nos vimos iba a ser la última vez que te veía con vida”.
Ana remarcó el apoyo que significa la presencia de todos los que integran Familares de Víctimas de la Impunidad, cada viernes reclamando justicia.
La manifestación fue acompañada por cientos de velas encendidas, que la madre de Cintia pidió sirvan para iluminar a los que administran justicia. “Con tristeza debemos reconocer que los femicidios se siguen incrementando en una provincia que encabeza las estadísticas, con 10 mujeres muertas en cuatro meses”.
Más adelante sostuvo que quienes reclaman justicia conforman una gran familia desde hace 323 viernes, exigiendo que se les otorgue el derecho constitucional de la justicia y la verdad, sin las cuales no habrá paz.
“Quiero verle la cara a los asesinos de mi hija y saber porque la quisieron silenciar. El tiempo no cura las heridas, las abre más y más, sobre todo cuando no hay justicia”, dijo Fernández.
Habló de una Justicia corrupta, con connivencia política y policial, que sigue permitiendo que cada viernes llegue un nuevo familiar buscando respuestas. “Puedo resistir esta lucha, no me resigno, nunca me harán arrodillar”, finalizó.