Adelantó que apelará esta decisión. “Las víctimas ahora pasamos a ser victimarios de los imputados y de los asesinos estos. Yo creo que eso ya es el colmo. Es como dijeran, miren lo que les va a pasar si siguen haciendo esto”, sostuvo en referencia al fallo de Casación, que pone en duda sus dichos sobre la detención ilegal y las torturas que sufrió en enero de 1977, en la Comisaría Cuarta.
Cobos recordó que los jueces que intervinieron en este proceso (al menos 9 en Salta) coincidieron en que se trata de delitos de lesa humanidad. “La Justicia provincial devuelve el expediente al Juzgado Federal porque considera que es delito de lesa humanidad”; el juez federal Miguel Medina coincide pero se inhibe y pasa la causa al otro juez federal, Julio Bavio, quien la tramitó y elevó a juicio.
En su momento la defensa apeló, planteando que no eran crímenes contra la humanidad, pero la Cámara Federal de Apelaciones de Salta lo rechazó. Cobos dijo se trata de “una causa realmente llena de pruebas”, por lo que “es realmente inentendible lo que hizo Casación”.
“A mí lo que más me duele es por la gente que ha sufrido las torturas, como la azafata Sonia Rey. El ultraje que le han hecho a esa mujer, el despido sin causa”, luego de estar detenida junto a otros empleados de La Veloz.
“Y Levín iba a la Comisaría y Levín se burló de ella cuando fue a verlo después que salió de la Comisaría”, ratificó el denunciante. Recordó asimismo las amenazas de muerte que recibió “de parte de ellos”, las burlas. Y ahora “esto va a ser una demostración de parte del Gobierno para que no se vuelva a hacer nunca más un juicio de lesa humanidad en el país”.
Levin está “muy contento”
El abogado Marcelo Arancibia, defensor de Marcos Levín, aseguró ayer que el empresario “está muy contento” por el fallo que anula la condena a 12 años de prisión que le dictaron en marzo de 2016, como partícipe de delitos de lesa humanidad.
“Fueron años traumáticos y de incertidumbre con embargos importantísimos que ya quedaron sin efecto”, dijo el abogado a Radio Aries. Añadió que la intranquilidad fue también ante la posibilidad de “ir a la cárcel o ser restringido con una prisión domiciliaria que en realidad es una cárcel encubierta”. Los fiscales y la querella aún pueden apelar esa sentencia, pero Arancibia se mostró confiado: “el fallo fue contundente y basado en antecedentes jurisprudenciales y doctrinarios de la Corte Suprema".