Dijo: “Se me moría un amigo, y no lo pude despedir como correspondía”. De esa manera recordó el momento en el que una mujer policía, en la comisaría 6ta. le comunicaba el fallecimiento de quien ellos habían despedido con vida en barrio El Huiaco.
Del Barco se quebró en dos oportunidades durante su declaración, tras lo cual respondió las consultas de todas las partes.
Ese trámite ocupó toda la jornada atento que estuvo casi tres horas declarando. Luego, por lo avanzado de la hora, y por un juicio, que iniciaba en la sala del juez Pablo Farah, vocal en la causa de Trogliero, se decidió pasar a cuarto intermedio hasta hoy a las 9.
“Yo soy amigo de los dos"
Del Barco, recordó que tanto a la víctima, como a Juan Carlos, acusado de homicidio simple en la muerte de Trogliero, fueron sus amigos de siempre.
“A Javier lo conocía desde los 10 años cuando jugábamos beisbol en el club Popeye y a Juan Carlos, en la epoca de estudiantes”, dijo. Detalló que no lo podría definir como una persona complicada, “cuando tomaba siempre se ponía cargoso, pero bien, te abrazaba, te besaba, te decía que te quería, y eso hizo esa noche de la fiesta”, recordó.
Negó que lo haya visto consumir drogas en las oportunidades que compartieron, de salidas y juntadas.
Sin embargo reconoció que esa madrugada del 1 de junio del 2013, cuando salió del baño, después de 5 ó 6 minutos, lo hizo de una manera distinta, uniendo ese hecho con las apreciaciones, de distintas personas, que suponían, era el comportamiento de una persona que se podría haber drogado.
Pero el juez Farah, le cotejó ese hecho, con lo que le ocurre a una persona que ebria, va al baño, orina, vomita y se lava la cara, lo que mejora notablemente la apariencia. A esto Del Barco dijo “si es verdad, puede haber ocurrido eso”.
Los jueces de la Sala II, son María Victoria Montoya Quiroga (presidenta), Bernardo Antonio Ruiz (vocal) y Pablo Fernando Farah (vocal ad hoc).