El juicio se desarrolla en General Roca, con un tribunal presidido por la jueza María Evelina García Balduini y los jueces Gastón Martín y Oscar Gatti. Siete policías son juzgados por la desaparición forzada del joven integrante de la comunidad chorote de Tartagal que había ido a cosechar fruta al sur y fue atacado luego de que hiciera un reclamo salarial.
El juicio comenzó anteayer, jornada en la que se leyeron las acusaciones de la Fiscalía y de la querella, representada por los abogados Leandro Aparicio y Sergio Heredia.
En la primera jornada se destacó la presencia del padre del joven desaparecido, Gualberto Solano, quien se encontró cara a cara con los acusados por primera vez en muchos años.
El inicio fue acompañado por una movilización de organizaciones gremiales y sociales, y que contón con la presencia de familiares de otras personas que están desaparecidas.
Solo Aparicio participó de esa jornada, dado que Heredia está por estos días en Tartagal. Según explicó, es más útil contactando y organizando los viajes de los numerosos testigos del norte salteño que deben declarar en este proceso, para el que se han previsto más de 250 testimonios, la mayoría aportados por la querella y la mayoría de ellos trabajadores golondrina norteños.
Se estima que este juicio demandará cuatro meses. El tribunal ha previsto que se realicen audiencias todas las semanas, dos días cada semana, a jornada completa. Prevé que declaren al menos diez testigos por jornada.
El debate comenzó cuando todavía sigue la limpieza del pozo o jagüel en la estancia La Manuela, en la zona rural de Choele Choel, donde se presume que han sido arrojados los restos de Daniel Solano, según la declaración de dos testigos de identidad protegida.
El martes se cumplieron 27 días de trabajos en el pozo, y hasta ahora se han podido extraer hierros, material de construcción, restos de animales y barro. Se informó que se alcanzaron los 64 de 80 metros.