Ambos declaran en relación a Sylvia Ruth Sáez de Vuistaz, quien fue secuestrada el 2 de septiembre de 1976, y permanece desaparecida desde entonces.
Frígoli y su esposa, Lifman, contaron que sus secuestradores los metieron en el baúl de un vehículo, que así los llevaron hasta el Escuadrón 20 de Gendarmería, en Orán, y que luego fueron trasladados a la delegación de la Policía Federal en la ciudad de Salta.
Ambos afirmaron que Lifman recibió “vejaciones y golpizas”, a pesar de que estaba embarazada de 5 meses.
El matrimonio conocía a Sáez de Vuistaz porque eran vecinos, y porque realizaban actividades culturales juntos.
Frígoli, que detalló que tenían vendas, contó que fue interrogado por personas cuya tonada los denunciaba como foráneos, “de la provincia de Buenos Aires”. En cambio, quienes le llevaban la comida, tenían tonada de salteños.
Fueron liberados el 7 de noviembre, en cercanías de la Terminal de Ómnibus. Y si bien volvieron a Embarcación luego salieron del país huyendo de la represión y luego se radicaron en Buenos Aires.
También el testigo Luis Alberto Rodríguez contó que el 15 de septiembre de 1976 fue detenido por Gendarmería en un control en las rutas 34 y 50 y que lo interrogaron sobre Sáez de Vuistaz, porque eran vecinos, y que estuvo dos meses detenido, sin que le notificaran la razón.
Ríos Ereñú no pudo declarar
En la jornada del martes último el ex jefe del Ejército Héctor Ríos Ereñú, uno de los seis imputados en este proceso, iba a continuar con su declaración indagatoria. Pero debido a dificultades con el audio de la comunicación (dado que declara por video conferencia), el Tribunal Oral en lo Criminal Federal resolvió que le permitirá grabar su declaración en un disco compacto y que lo acerque de esa manera al Tribunal y a las partes, la Fiscalía y las querellas, además de la defensa.
Ríos Ereñú, que ya tiene una sentencia en su contra, por crímenes de terrorismo de Estado, viene declarando realizando largas alocuciones afirmando que no tiene responsabilidad alguna en la represión. Se lo responsabiliza por los secuestros y desapariciones en el norte salteño porque era jefe del Regimiento de Monte 28, de Tartagal.