La audiencia estaba prevista para las 8:30 pero comenzó con más de una hora de retraso. La sala estaba colmada por detenidos, 20 en total, ya que una de las coprocesadas no llegó a ser notificada sobre el inicio del juicio.
Además de personal de seguridad tanto del Servicio Penitenciario Federal como de Gendarmería, corresponden dos por detenidos, de tal manera que había diez dentro del recinto y el resto en las afueras. Sumando a los abogados, siete en total, y los familiares que pudieron acceder.
El clima fue extraño si se tiene en cuenta que ante la demora del inicio, los detenidos, comenzaron a “desfilar” a los sanitarios, a intercambiarse caramelos y con risas esperaban el ingreso de los jueces.
El tribunal estuvo presidido por Santiago Gomez Almaráz, y como vocales Liliana Snopek y Federico Díaz. Los fiscales en juicio son Carlos Amad y Francisco Snopek.
Primero se leyó la acusación de manera resumida, si se tiene en cuenta que la causa se inició en 2009, y las primeras detenciones se produjeron en 2012, continuando en 2013.
“Gallo”Andrada, enfrenta una acusación por ser el organizador de la banda y coautor del delito de transporte y distribución de estupefacientes, y uso de armas de guerra.
Otros tres acusados enfrentan causas por ser coautores del delito transporte de estupefacientes y uso de armas civiles. Mientras que tres de los procesados son juzgados como partícipes necesarios.
La banda tenía ramificaciones en Bolivia, España, Salta, Tucumán, Entre Ríos, Sante Fe, Catamarca y Buenos Aires.
En esta primera audiencia los acusados se abstuvieron de declarar, aunque podrán hacerlo en cualquier momento del juicio.
Se estima que el juicio tendrá una duración de entre tres y cuatro meses, teniendo en cuenta que las audiencias se realizarán los días martes y fueron citados a declarar 186 testigos, entre efectivos, investigadores y vecinos.
De acuerdo a lo señalado la investigación se inicia con la denuncia de una persona que dijo que desde la zona de frontera denunció saber que desde Villamontes (Bolivia), salían avionetas, que aterrizaban en el sur de Salta, Santa Fe o Santiago del Estero. Desde allí la droga era acondicionada y trasladada hacia Catamarca, Entre Ríos, y Buenos Aires.
Así describió que escuchó una charla en la que se señalaba “que llovía (para indicar que ya había caído la droga) o si en su defecto se decía que había barro, (era por que había controles de seguridad y debía evitarse el aterrizaje)”.
De allí se derivaron otras causas que terminaron con bandas de deliveries, y secuestro de camionetas”. El total de la droga secuestrada en dos operativos superaba la tonelada. El juicio continuará el próximo martes.