POR LESIONES Y AMENAZAS

Una condena incluye que el padre y la hija mantengan contacto

Un joven fue condenado por amenzar y golpear a su pareja, con quien además deberá determinar las visitas y el contacto que mantendrá con su hija.

La Justicia de Salta resolvió que el padre y la hija se visiten como parte de la condena de ejecución condicional.
La Justicia de Salta resolvió que el padre y la hija se visiten como parte de la condena de ejecución condicional.

Tras la sentencia recuperó su libertad, ya que esperó el juicio detenido. El juez de Garantías 4, Diego Rodríguez Pipino, condenó ayer a Gabriel Agustín Bazán Chaile (26) a la pena de dos años de prisión de ejecución condicional, por ser autor del delito de lesiones leves agravadas por el género y la relación de pareja previa, coacción y amenazas en concurso real.

Atento a la modalidad condicional de la pena que se le impuso, el joven deberá dar cumplimiento durante dos años a las siguientes reglas de conducta: fijar domicilio y comunicar cualquier cambio; prohibición de acercamiento a la denunciante a menos de 200 metros; prohibición de ejercer actos de violencia física o psicológica en su contra; someterse a tratamiento psicológico por sus impulsos violentos y su adicción al consumo de bebidas alcohólicas.

Además, el juez pidió a la víctima y al imputado que realicen un acuerdo en relación al régimen de visitas respecto de la hija que tienen en común, con la intervención de un tercero o de un juzgado de Personas y Familia. Una vez finalizada la audiencia, el joven recuperó su libertad.

El hecho sucedió el 8 de abril pasado, cuando la pareja comenzó a discutir dentro de su domicilio, interviniendo el hermano de Bazán Chaile para separarlos.

Policía imputado por abuso de autoridad

Un efectivo policial que realizaba controles en locales nocturnos fue denunciado por la encargada de un boliche bailable a la que amenazaba y acosaba para no labrarle un acta de infracción.  Incluso le habría hecho propuestas con contenido sexual para no clausurar el lugar. 

La Fiscalía Penal de General Güemes, a cargo de Verónica Simesen, imputó como autor del delito de abuso de autoridad al efectivo Germán Quintana, luego que fuera denunciado por la encargada de un boliche bailable, ubicado en Alem y Avellaneda de esa ciudad, por amenazas y acoso.

Según relató la mujer, no era la primera vez que el efectivo se hacía presente en el local y bajo la excusa de realizar controles tenía actitudes intimidatorias con ella y la amenazaba con clausurar el lugar. Asimismo, explicó que cuando la encuentra en la vía pública se le insinúa y llegó a realizarle propuestas con contenido sexual.

Reunidos los elementos de prueba suficientes, la fiscal lo imputó y el acusado no declaró durante la audiencia, sino que hizo una presentación escrita donde niega los hechos que se le atribuyen.

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