Los funcionarios entendieron que quedó corroborado que a plena luz del día en el Parque San Martín ofrecían servicios sexuales.
La investigación inicial estuvo a cargo del fiscal Ricardo Toranzos, dejó fundamentado que entre las 18 y las 20, la imputada llegaba al pasaje Abraham Cornejo al 200 "portando una mochila de la cual extraía 'ropa provocativa'", que entregaba a las víctimas.
Las jóvenes explotadas aprovechaban los recovecos de las viviendas para cambiarse antes de ofrecer servicios sexuales a hombres que llegaban caminando, en moto o en autos particulares.
Si los "encuentros" se concretaban, al regreso las jóvenes prostituídas rendían cuentas. Sin embargo, la presión crecía si los "pases" no se realizaban, la acusada ejercía presión. En una de las escuchas la acusada decía “dejá de perder el tiempo y pónganse a trabajar".
Durante la instrucción, quedó registrada una conversación entre la imputada y un desconocido, quien se le acercó para consultarle el costo de los "servicios" para una fiesta privada, a lo que le manifestó tener a disposición cuatro chicas jóvenes para un “show erótico con acceso oral y vaginal”, por la suma de $1000 por cada una.
Un sistema de "seguridad" permitía alertar a las jóvenes cuando se acercaba una patrulla. Tras la feria se conocerá la sentencia del Tribunal Oral Federal.