La resolución, impulsada en las últimas semanas por Estados Unidos y China, fue aprobada unánimemente por los 15 miembros del Consejo de Seguridad.
El texto amplió a catorce individuos y cuatro empresas o instituciones más las sanciones económicas que impuso previamente al régimen de Pyongyang a raíz de las pruebas para el desarrollo de su programa atómico que viene realizando desde hace una década.
La resolución de ayer con el número 2356, "condena en los términos más enérgicos las actividades de desarrollo de armas nucleares y misiles balísticos". La prueba balística más reciente se registró el pasado 29 de mayo.
El Consejo instó a Corea del Norte a "abandonar todas las armas nucleares y los programas nucleares existentes de manera completa, verificable e irreversible, y poner fin de inmediato a las actividades conexas".
El documento menciona las medidas recogidas en la resolución 1718, que fue aprobada por el Consejo de Seguridad en 2006 a raíz de la primera prueba nuclear que se conoce y que fue seguida de cuatro más, además de múltiples ensayos balísticos.
Ya en esa primera resolución se fijaba una lista de personas y entidades sancionadas por la ONU con la congelación de sus activos financieros, además de la prohibición de viajar, que se amplían a partir de ayer, reportó la agencia de noticias EFE.
Presidencia de Bolivia
La sesión del consejo en la que se aprobó esta resolución contra Corea del Norte, la primera desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca, fue presidida por el representante de Bolivia, que durante el mes de junio presidirá ese órgano de la ONU.
El texto aprobado por la ONU se conoce un día después que el gobierno de Estados Unidos anunciara nuevas sanciones económicas contra Corea del Norte que afectan a tres individuos y seis empresas identificadas como fuentes de financiación del régimen de Pyongyang.
Desde el jueves Bolivia preside el Consejo de Seguridad la Organización de Naciones Unidas (ONU) por el período de un mes. El embajador boliviano ante este organismo, Sacha Llorenti tiene la responsabilidad de dirigir las reuniones del órgano, representar al Consejo de Seguridad además de proponer una agenda de trabajo.
Llorenti recibió la noche del miércoles la presidencia, que estuvo a cargo del embajador de Uruguay ante Naciones Unidas, Elbio Rosselli. Bolivia asumirá estas tareas hasta el 30 de junio cuando deberá traspasar los roles a China, de acuerdo con el rol del Consejo.